Por Ana Robledo Trejo |
Facultad de Ciencias de la Salud – UCSE – anarobledotrejo86@hotmail.com |
En los trabajos prácticos realizados por estudiantes, logramos observar diversos fenómenos comunicacionales que emergen de las relaciones lingüísticas de dominación en los vínculos. Es decir, que se manifiestan diversas dificultades en la comunicación, durante la realización de la tarea grupal, visualizándose la existencia de relaciones de poder en los vínculos.
Durante el cursado de la materia y por medio del espacio propuesto por la cátedra de formación práctica, se manifiestan diversas formas de representaciones sociales de cada integrante del grupo, sobre lo que significa trabajar en grupo. Las comunicaciones en los grupos para compartir la información recaudada, de las observaciones en los trabajos grupales de los estudiantes, deben ser supervisadas para poder sostener una comunicación saludable y productiva, de las cuales puedan generarse pautas de conductas por las que cada integrante sea capaz de comunicar la información pertinente a la tarea grupal. Entonces, este espacio propuesto de supervisión, podrá generar un rol participante a los estudiantes, de la información adquirida por cada uno de ellos. La realidad que se manifiesta en las actividades grupales de formación práctica, se encuentra enmarcada en un contexto socio-político asignado en el momento del transcurso de la materia Teoría y Procedimientos de análisis grupal. Cada actividad y las formas que seleccionen cada grupo de estudiantes, serán emergentes de las representaciones culturales que cada uno tiene sobre sus inquietudes respecto al contexto social. Cada vez que los alumnos tienen la posibilidad de acceder a un campo de conocimientos, de información, de experiencias; el mundo y su realidad se amplía pero es imprescindible focalizar esos nuevos horizontes de conocimientos a través de la supervisión de los trabajos prácticos, indagando el por qué y para qué se realiza cada intervención y observación en los contextos grupales que indagan los estudiantes en formación práctica. Los estudiantes son considerados como creadores de aquellos trabajos que son únicos e irrepetibles, donde cada grupo elabora y sintetiza desde una práctica supervisada y de un contexto social determinado, aquello que los inquieta e interesa y a la vez los nutre sobre las teorías y procedimientos de análisis grupal propuesto por la cátedra. Los progresos tecnológicos y en especial los modernos sistemas de comunicaciones, están haciendo emerger a gran velocidad nuevas formas de intercambio y de organización grupal, lo cual hasta hace poco era impensado. Por lo tanto, desde la cátedra se propone, no solo utilizar el aula como un espacio de intercambio de información y un escenario para trabajar en grupo, sino también utilizar las diversas tecnologías que ayudan a desarrollar determinadas competencias individuales y grupales, como la de selección de información, el análisis crítico de la misma y su organización como así también la articulación con las teorías de base. La capacidad de síntesis, el análisis de la información, la creatividad en cada exposición y la gestión del tiempo que se determinara en cada encuentro grupal, como también la organización personal de cada estudiante, será determinado de lo innovador y artístico de cada grupo. Entonces, podríamos inferir que la disposición que permite cada integrante en su actualización de conocimientos, será la capacidad de apertura para adquirir nuevos conocimientos y además, por ejemplo se puede utilizar de manera solidaria entre cada uno de ellos, diversos estímulos relacionados con las nuevas tecnologías en la comunicación (celulares, mail, whatsapp, instagram, etc.) para promover el trabajo colaborativo de cada estudiante. En el transcurso de los años en que se realizó el trabajo en formación práctica, se manifestaron en diversos estudiantes la preocupación sobre la indagación de los problemas comunicacionales que emergen en la realización de las actividades grupales, ya que las mismas no son estáticas, sino que están en constante cambio. Estos cambios se darían por causa, de que cada estudiante que integran los grupos de estudios, están regidos por intereses individuales y motivaciones singulares, que para unirse en una actividad grupal determinada, producen diversos conflictos en la comunicación y a su vez, una distorsión en los objetivos de la tarea grupal. Los grupos que se forman con el objetivo primordial de llevar a cabo la tarea propuesta, con un soporte comunicativo optimo, además son los más beneficiados por el espacio de supervisión que surge a partir de los docentes. Aquellos estudiantes que han utilizado este recurso de supervisión, como así también las nuevas tecnologías de las comunicaciones, pudieron ir proponiendo nuevas formas de organización grupal, las cuales resultaron progresivamente más favorables para la tarea grupal. Los grupos de estudiantes de formación práctica son seleccionados al comienzo del año lectivo del cursado de la materia y los integrantes son designados por ellos mismos para que de forma responsable puedan perdurar en el tiempo del cursado, como el resultado de la voluntad individual y también colectiva, que pueda impulsar a ser orientados a conseguir objetivos comunes. Si se implementan las diversas herramientas propuestas, por ejemplo, el uso del aula como un espacio de intercambio de información y los recursos de la tecnología de la comunicación, entonces se podrá obtener en cada integrante del grupo, diferentes ambientes de aprendizaje grupal. Es decir, que se realizara configuraciones en las identidades grupales a partir de redes de interacción social y de poder tomar decisiones de estrategias sobre el trabajo en grupo. El trabajo en grupo que se implementa, en el contexto educativo, es una modalidad de enseñanza-aprendizaje que buscara en los estudiantes, que puedan desarrollar varias actividades concretas en grupo y que de manera cooperativa puedan llevar a cabo la tarea propuesta. Podemos observar que las estructuras de los trabajos grupales, sus roles y las funciones discursivas, son altamente dependientes de un solo formato de trabajo grupal, que a su vez impone un tipo de vinculación altamente repetitivo y pautado, considerado como único e incluso incuestionable. Esto, genera relaciones comunicacionales que son determinadas por modelos socio-políticos, los cuales brindan estilos de comunicación, produciendo dificultades en la elaboración de la tarea grupal, en los procedimientos de exposición de los trabajos y en las evaluación del conocimiento que los integrantes tienen. Desde la concepción de la Psicología Social, consideramos al aprendizaje como algo que es precisamente todo lo contrario de la repetición, sino una adaptación activa a la realidad para transformarla y a la vez transformarnos. Podemos ser creativos, buscar lo artístico en cada uno, para poder fomentar una comunicación que lleve a la realización de la tarea grupal. Nuestra construcción del pensamiento y de nuestro “decir” esta sostenido por acciones concretas que realizamos y edificamos como una arquitectura de lo correcto, aceptable y que no solo emanan de las paredes institucionales impuestas sino de las relaciones, funciones, roles, modelos y prácticas que en ella tienen lugar y que muchas veces reproducen las del orden social imperante en el que estamos inmersos. Es decir que la manera de crear nuestro propio pensamiento puede ser modificado si nos entregamos a nuevas acciones que desordenen nuestras formas de comunicarnos, el lenguaje y las conductas. La importancia de este desorden radica en el impacto que la modalidad grupal tiene en términos de aprendizaje, ya que es un modo que aporta al desarrollo de diversas competencias de orden intelectual y social en los estudiantes, que serán de gran importancia para la vida, como en su trabajo (futuros colegas), que de manera especial favorecerá también en la formación de actitudes, valores, como la actitud de escucha, la tolerancia y la apertura, entre otras aptitudes psicológicas. En los modelos impuestos de relación interpersonal y vincular en los que coexisten las situaciones de los trabajos grupales, se observa el monopolio de la autoría de la palabra-pensamiento con patrones reiterativos de una práctica y no de una autoría creadora en los estudiantes, ya que aquello novedoso no puede contribuir a configurar aspectos de una identidad científica dependiente a la que los estudiantes están inmersos y consideran que es lo que “corresponde” y de la que muchas veces se esperan las habilidades del discurso en las comunicaciones de los integrantes, que serán interpretadas como “válidas” o “correctas”. [1] Y si algún integrante no responde a los modelos impuestos vinculares, por lo general son expulsados sin dar una nueva apertura, un desorden a los modos de vincularnos y comunicarnos. Prácticas comunicacionales impuestas de forma institucional, que al reiterarse con los años solo orientan al sujeto hacía la adopción que pueda ser ventajosa o no, valorada o no de una determinadas identidad y patrones de conducta comunicacionales normativizados que son acríticos y naturalizados. Aquello novedoso en implementar la manera de comunicarse, no siempre puede ser verbalizados en el grupo, por miedo a ser expulsado por no acatar esa norma impuesta de vincularnos y que progresivamente comienza a ser internalizada e impactan subjetivamente tanto en el docente como en los/as estudiantes. Entonces se comienza a configurar una matriz de aprendizaje-enseñanza y una relación Sujeto-mundo que Ana Quiroga define como de “adaptación pasiva a la realidad”.[2] Se impregna de esta forma, modelos comunicacionales, relaciones vinculares y prácticas institucionales que posibilitan, a su vez, redefinir el por qué y para qué de nuestros ámbitos académicos y de nuestras prácticas y propuestas. Pueden contribuir, en conjunto, al desarrollo y toma de conciencia de la potencialidad de cada estudiante e importancia de nuestra autoría del pensamiento y de la palabra junto a otros. Estos trabajos grupales pueden perfilarse como una de las metas y desafíos de nuestra labor cotidiana en este complejo accionar y a la vez que es doloroso poder cuestionar y realizar una revisión de nuestras estrategias y modelos de comunicación que aprendimos. El trabajo en grupo se fundamenta en la colaboración y en gestar aptitudes psicológicas, dado que cada uno de nosotros convive todos los días con personas diferentes y circunstancias diferentes, que nos conduce a desarrollar habilidades que nos deberían permitir realizar trabajos con los otros. El estudiante se debe convencer que el trabajo en grupo, es supervisado por un profesor que será el dinamizador de que las actividades sean realizadas éticamente, teniendo en claro las consignas de cada tarea y en el espacio de la supervisión al grupo, es de fundamental importancia a considerar para asegurar que el grupo funcione y se consiga el aprendizaje, como así también una posible satisfacción personal de los estudiantes. La planificación en la supervisión, supone tomar decisiones importantes y estas decisiones se merecen una reflexión como para generar el aprendizaje previo de los procedimientos y actitudes necesarias para el trabajo grupal. Para lograr la formación de futuros profesionales comprometidos, se requiere la participación de los espacios de supervisión para poder idear una mejor interacción de todos los integrantes del grupo, respondiendo así de forma favorable a la tarea propuesta y esto sólo puede lograrse generando el cambio en la comunicación de los grupos de trabajo, ya que la comunicación es un eje transversal en la base académica para un estudiante de psicología. Contribuir en las actividades de formación práctica, desde una autentica cooperación de los saberes, nos lleva a tener en cuenta sobre el proceso grupal que define Ana Quiroga, como un sistema de relaciones y el cual es multidimensional. En su génesis, su existencia y desarrollo operan: 1- Determinantes sociales, causas y procesos que surgen del orden social e histórico. 2- El grupo en tanto instituyente de la subjetividad, “locus nascendi” del sujeto, escenario y heredero de la función yoica de sostén, convoca y compromete a sus integrantes en su historicidad personal, su dimensión intrapsíquica o mundo interno, con sus aspectos conscientes e inconscientes.[3] Por esto es que consideramos importante nombrar el concepto de Enrique Pichon-Rivière, definiendo a un grupo como un conjunto restringido de personas que, ligadas por constantes espacio-temporales, el cual, articulado en su mutua representación interna, se propone en forma implícita y explícita una tarea que conforma su finalidad, interactuando a través de complejos mecanismos de asunción y adjudicación de roles, los cuales también serán vistos con detalle ya que cada persona que conforma un grupo tiene roles diferentes y son fundamentales en el desarrollo de las actividades a realizar por ellos.[4] Bibliografía [1] Idea sustraída del texto: Requejo, Isabel. (2002) Lenguaje y Educación: Las autorías de la palabra y del pensamiento en la infancia. Aportes y debates desde la Lingüística Social. [2] Quiroga, Ana (1986) Enfoques y perspectiva en psicología social. Desarrollos a partir del pensamiento de Enrique Pichon Riviere. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Cinco. [3] Quiroga, Ana. (2018) El grupo sostén y determinante del psiquismo. https://www.intersubjetividad.com.ar/el-grupo-sosten-y-determinante-del-psiquismo/ [4] Quiroga, Ana (1986) Enfoques y perspectiva en psicología social. Desarrollos a partir del pensamiento de Enrique Pichon Riviere. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Cinco. Quiroga, Ana (1986) Enfoques y perspectiva en psicología social. Desarrollos a partir del pensamiento de Enrique Pichon Riviere. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Cinco. Quiroga, Ana & Racedo, Josefina. (1986) Critica de la vida cotidiana. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Cinco. Lema, V (1990). Conversaciones con Enrique Pichon-Riviere sobre el arte y la locura. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Cinco. Requejo, Isabe. (2002) Lenguaje y Educación: Las autorías de la palabra y del pensamiento en la infancia. Aportes y debates desde la Lingüística Social Autores: Dra. Isabel Requejo – Instituto de Investigación CERPACU( Rescate y Revalorización del Patrimonio Cultural)-Facultad de Filosofía y Letras-Universidad Nacional de Tucumán- Argentina Prof. María S. Taboada-CERPACU-U.N.T. – Revista Digital UMBRAL 2000 – Nº8 enero 2002 www.reduc.cl Quiroga, Ana. (2018) El grupo sostén y determinante del psiquismo. https://www.intersubjetividad.com.ar/el-grupo-sosten-y-determinante-del-psiquismo/ |