Audiencias críticas en un estado mediático patrimonialista. El caso de los estudiantes universitarios en Santiago del Estero

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Por Ramiro Llanos Paz
INDES/UNSE – ramirollanospaz@gmail.com
Introducción

Los estudios sobre audiencias en América Latina han sido propuestos desde sus inicios en términos de dominación. El vínculo entre el público y las grandes estructuras mediático-políticas es traducido a una relación de poder donde el auditorio es el principal afectado (Castells, 2009), aunque con la proliferación de diversos medios y el auge de las redes sociales se han presentado nuevas discusiones en torno a esta hipótesis. Sin embargo, el análisis de estas estructuras es siempre propuesto desde los grandes centros intelectuales atendiendo principalmente a su contexto inmediato y presentándolo como extrapolable a toda la población. Buenos Aires es el caso más representativo de nuestro país. Pero hacia las provincias los procesos se diversifican y se producen rupturas que merecen ser analizadas. Este estudio propone centrarse en Santiago del Estero y analizar una audiencia específica, los estudiantes de la universidad nacional y su relación con los medios locales, para dilucidar cuál es rol que juega este público dentro de una relación de poder expresada a través de de un estado mediático patrimonialista, una categoría creada por Picco (2012) que se ubica en la línea de los estados subnacionales en relación con los medios de comunicación.

Según la categorización de Picco (2012) provincias como Santiago del Estero tendrían un sistema de medios patrimonialista  en los que los gobiernos locales dominan el discurso periodís­tico en función de las alianzas que mantienen con los grandes medios. ¿pero qué es lo que sucede con las audiencias?

Se propone aquí que otros espacios de socialización entren en juego, pero ya no en la denominada instancia de producción sino en la instancia de consumo[1].

La universidad pública es entendida desde sus inicios como productora de conocimiento pero además como agente de cambio social y los estudiantes sujetos protagonistas de este proceso. Entendiéndolos como un audiencia especifica pero al mismo tiempo multicontextual el foco está puesto en el consumo de estos de jóvenes pero sobre todo en la relación que subyace entre el consumo de los medios locales de estos estudiantes -avanzados- , su imagen de la provincia y su paso por la universidad. Es decir analizar en qué medida la educación superior representada en la UNSE y sus diferentes sub-contextos de socialización ha influenciado en la relación que los agentes tienen con  la información –mediática- a las que están expuestos en la provincia.

Se trabajó con el concepto de pensamiento crítico, y la forma en la que una institución como la universidad pública ha colaborado en este sentido, atendiendo a los diferentes espacios como el aula y la práctica profesional, como así también la participación de la militancia  política estudiantil.

El plan metodológico con el que se abordó el tema tiene un enfoque complementario entre técnicas cuantitativas y cualitativas. Y es claramente un estudio exploratorio de un tema que ha sido escasamente abordado. En este acotado artículo solo se pretende sentar algunas discusiones al respecto. El proceso investigativo se dividió en dos grandes instancias. Primero se elaboró y aplicó una encuesta semiestructurada a 40 alumnos de las cuatro facultades, donde se recolectó información acerca del acceso, consumo y uso de los medios locales en líneas generales y lo que permitió establecer un panorama general del estudiante como consumidor de medios y permitió abrir camino para la segunda instancia, las mas rica e interesante donde a través de entrevistas en profundidad ahondó con los estudiantes en el modo en que la universidad y sus diferentes espacios de socialización han influenciado en la construcción de su pensamiento crítico y en el tratamiento de la información, tópico del que básicamente trata este trabajo.

 La universidad y el pensamiento de las audiencias. El auge de las mentes críticas: ¿Verdad o mito?

La influencia que la universidad ha tenido en el pensamiento -crítico- de los estudiantes es un tema que ha sido abordado muchas veces pero que no ha llegado a resultados concluyentes (Vivas, 2003).

Si bien el concepto de pensamiento crítico que aquí hemos utilizado proviene de una tradición psicológica, no lo hemos adoptado tal y como lo propone Santiuste y sus derivados. Sus categorías analíticas nos parecen las indicadas sobre todo para un trabajo exploratorio, pero se le ha dado un giro epistemológico relacionándolo con los contextos socio-simbólicos en el que los jóvenes están insertos, dando especial importancia a la universidad y a sus subespacios. Es decir, una mirada mucho más sociológica, centrándonos en la categoría contextual del pensamiento.

No se pretende en ninguna instancia y de forma directa o colateral realizar un estudio evaluativo de los estudiantes encuestados y entrevistados. En sentido muy contrario, se pretende construir con ellos información que colabore en esta línea de investigación, es decir, partir desde su opinión acerca de cómo influye la universidad en su pensamiento y reflexionar juntos acerca de eso, para conocer cómo opera ese pensamiento al momento de consumir medios locales. Se irá viendo como las categorías de pensamiento crítico que aquí hemos propuesto de manera general y amplia van emergiendo, diversificando y apareciendo otras nuevas.

Según los mismos jóvenes ¿La universidad brinda herramientas para pensar los medios locales? ¿Cuáles? ¿De qué manera?

De lo estudiantes encuestados el 100% contestó a esta respuesta afirmativamente. Lo que quiere decir por un lado, que los jóvenes reconocen en la universidad elementos que –pueden- ser distintivos de otros, es decir que la institución como ámbito específico de formación pero además como espacio de convivencia los ha modificado como actores sociales. Por otro lado hay que analizar el tipo de relación que los estudiantes tienen con esos elementos y el uso que de ellos hacen, para establecer en qué sentido se ha dado ese cambio.

En una primera instancia, se propuso la selección de estas herramientas con una categorización cerrada respondiendo a la pregunta de cuáles consideraban ellos que eran las herramientas que la universidad les había brindado para pensar la información a la están expuestos. Se les pidió que si contestaban más de una las ordenaran por orden de importancia. Los conocimientos adquiridos en las cátedras –dentro del aula- obtuvieron en el primer lugar mientras que las que decidimos denominar sociales y políticas se ubican en el segundo puesto.

Los conocimientos específicos obtenidos en cada cátedra son los que los estudiantes creen colaboran principalmente al momento de tratar la información a la que están expuestos diariamente. Sin embargo claro está que las cátedras según las carreras -y sus profesores- tienen planes de estudio y dictados muy diferentes. Pero no solo se trata de una cuestión teórica sino de los procesos pedagógicos que se hacen efectivos dentro del aula, el rol del estudiante, el rol del profesor.

A través de las entrevistas los estudiantes se expresaban de formas tales como:

“La universidad me ha brindado muchas herramientas, desde las técnicas o teorías que puedo haber tenido en clases, desde la militancia y además el charlar con otras personas, compañeros, profesores, chicos de otras agrupaciones que capaz sin haber venido a la universidad no las tendría.” (Estudiante de Sociología, 24 años)

“Yo creo que me brindó herramientas básicamente teóricas, porque las de las práctica y contacto con la realidad, las he ido construyendo yo desde mi lugar. Pero si muchas cosas que antes no prestaba atención sobre todo en el ámbito de la salud, ahora me detengo a ver o escuchar porque tengo más conocimientos en ese sentido.” (Estudiante de Educación para la Salud, 26 años)

“Estar dentro de la universidad me posibilita escuchar otras voces, relacionarme con gente de diferente carreras, no solo compañeros de la carrera sino con de otras, así también de los partidos políticos (…) dentro del aula materias como economía me han ayudado mucho a entender un poco más de la realidad y analizar lo que veo en los medios” (Estudiante de Matemáticas, 24 años)

Al respecto es Tsui (1999) quien reporta que las tareas escritas y la retroalimentación del profesor sobre el trabajo del alumno, afectan positivamente el desarrollo del pensamiento crítico. Asimismo, tienen gran incidencia trabajar en un proyecto grupal, hacer presentaciones en clase, y tomar un examen a manera de ensayo. Tales prácticas tienen en común que ponen al estudiante a construir respuestas propias a preguntas, problemas o retos y no a memorizar, reconocer o seleccionar respuestas correctas o no. (Vivas, 2003, p. 202)

 Asignaturas reflexivas. ¿El refugio del pensamiento crítico?

Cuando se habla de la universidad inmediatamente se asocia a esta con procesos educativos académicos, pero también a un gran actor social y de lucha en los procesos históricos. Aun así los planes de estudio son los que estructuran el perfil de los profesionales y las asignaturas junto con sus profesores, pueden ofrecer diferentes enfoques y posicionamientos frente al aula. Aunque como estamos viendo espacios dentro de la universidad pero fuera del aula son grandes influyentes en el pensamiento del estudiante.

Pero volviendo al aula y a los planes de estudio. ¿Tienen estos un anclaje con la cotidianeidad de los actores involucrados? Una de las grandes discusiones que se da en el ámbito intelectual latinoamericano es la regionalización del conocimiento, es decir, a qué nivel de relación están los conocimientos teóricos ofrecidos por las instituciones universitarias con la realidad más inmediata en la que los jóvenes están insertos, tanto en el ámbito geográfico, como histórico, político y social. Apuntando sobre este eje se le consultó a los jóvenes si en sus cátedras existían discusiones o propuestas sobre la realidad actual de la provincia, y encontramos una diferencia considerable entre la carreras que se denominan multiparadigmáticas de las que han sido llamadas monoparadigmáticas, según la clasificación de Biglan

GRÁFICO Nº 1

¿SE DISCUTEN TEMAS DE ACTUALIDAD EN LAS CÁTEDRAS?

encuestaFuente: elaboración propia.

Cuando se les pidió que nombraran algunas de esas materias, los estudiantes de las ingenierías y ciencias exactas que habían contestado que si reflexionaban de actualidad en su carrera (seis estudiantes) la economía fue la asignatura destacada, una ciencia que es social y que si se la extrapolara a la categorización bigleana estaría ubicada dentro de las disciplinas multiparadigmáticas. Una paradoja que al mismo tiempo puede ser interpretada como un proceso de complementariedad entre estas dos categorías arbitrarias. Que dos modos de hacer profesionales tengan estos puntos de encuentro quiere decir que ninguna división es tan tajante y que en los mismos planes de estudio que parecen diferentes en realidad podemos encontrar algunas salvedades.

“En mi carrera si tuvimos materias que nos hacían pensar la realidad actual, y eso me sirvió para prestar más atención a las noticias que veía en la tele o en el diario (…) economía una materia que nos hacía pensar y relacionar lo que veíamos ahí con los problemas sociales (…) la profesora tenía mucho que ver en que la materia sea así, porque hacía que nos interesemos al hacernos ver como todo eso influye en nuestras vidas y en nuestras carreras.” (Estudiante de Ingeniería en Alimentos, 28 años)

Sin embargo, no hay que desviar la atención del dato mayor. Si nosotros expresamos el dato de forma general decimos que existe un cincuenta por ciento de estudiantes que consideran que las cátedras o por lo menos algunas de ellas colabora a la reflexión de temas de actualidad, mientras que la otra mitad opinó exactamente lo contrario. Pero con la desagregación de los datos en las categorías propuestas por Biglan los resultados son interesantes de pensar: los planes de estudio son herramientas útiles para pensar la realidad cotidiana, sin embargo, es necesario revisar la construcción y el enfoque que de ellos se hace para que colaboren de manera directa con las necesidades del estudiante, un estudiante situado que pide que lo que dicen los libros tengan nexo con lo que cotidianamente les toca vivir y pensar.

Por un lado la universidad, es entendida por los estudiantes como una un espacio socio-simbólico que permite el cambio de mentalidad de las personas que la transitan, por lo menos como estudiantes. Es decir reconocen que esta institución ha influenciado en la manera de pensar el mundo y de pensar los mensajes a los que están expuestos. De las entrevistas se obtuvieron repuestas como estas:

“Yo creo que me ha cambiado la mentalidad de consumo completamente, yo antes no leía ningún diario, solo tonteras. Y ahora no, busco estar informada, y eso tiene mucho que ver con la carrera que he elegido, pero más con mi militancia política dentro de la universidad (…) y además ahora analizo un poco más de donde viene la información, me gusta saber. Siento que soy más crítica en ese sentido.” (Estudiante de Sociología, 24 años)

“El paso por la universidad, me ha permitido ser más selectiva con la información además busco noticias cortas que me den un panorama de lo que sucede en la provincia, y ya no leo todo, porque ahora sé que es más de lo mismo y después me enfoco en lo que tiene que ver con  mi carrera” (Estudiante de Ingeniería en Alimentos, 28 años)

Por  otro lado la  universidad es presentada como un espacio que da la posibilidad de escuchar diferentes voces y diferentes posturas de los hechos y por otro que los estudiantes construyan sus propias opiniones argumentadas de forma múltiple.

“(…) uno en la universidad se encuentra con profesores, compañeros con diferentes ideologías y al estar en contacto con ellos uno puede conocer a través del diálogo distintas realidades, que nos va haciendo crecer y desarrollar nuestro pensamiento crítico.” (Estudiante de Matemáticas, 24 años)

La universidad se convierte no en un espacio unificador de conocimientos e ideologías, al contrario se admite aquí una proliferación constante de diferentes voces y posicionamientos, reconfigurando el lugar de los actores, tanto como de estudiantes como de público, permitiéndole interactuar en diferentes terrenos arremetiendo contra las posturas dualistas de producción y consumo.

 Los movimientos políticos universitarios. Construcción de ideas y Medios

Dentro de la universidad un claro ejemplo de lo que se ha denominado comunidades interpretativas son las agrupaciones políticos estudiantiles. Que significan una manera particular de reflexionar acerca de la realidad y de la forma en la que se piensa esa realidad.

Herramientas particulares son las que se construyen con el ejercicio de la militancia, disímiles a las que podrían surgir de las actividades en el aula o la práctica profesional, por ejemplo. Las lógicas son muy diferentes. Así lo expresan los estudiantes entrevistados.

Como se ha visto en el capítulo anterior de los 38 estudiantes avanzados que se encuestaron solo 4 admitieron participar en movimientos políticos, lo que resulta ser un dato interesante para futuras líneas de investigación que pretendan ampliar este estudio y elaborar un perfil más o menos acabado del estudiante promedio de la UNSE. Sin embargo, es necesario considerar la esfera política pues es sin duda un campo que transversaliza a los estudiantes que participan en ella activamente. Siguiendo con este planteo los estudiantes entrevistados se expresaron diciendo:

“Por la agrupación política en la que milito, aprendí a tener otra mirada de la realidad y de los medios. En general en las cátedras se alimenta el mensaje de los medios, y siempre opinando a fábrica del neoliberalismo como si fuese una verdad absoluta (en las pocas cátedras en que se habla de estos temas). No hay pensamiento crítico.” (Estudiante de la Licenciatura en Administración, 25 años).

“Yo creo que las cátedras me han brindado herramientas técnicas para comprender la información a la que estoy expuesta, sobre todo la economía, pero el interés por buscar información, contrastarla y demás eso me lo ha dado la militancia.” (Estudiante de Sociología, 24 años)

“En mi carrera no se plantea un análisis ni de los medios de comunicación, ni de la actualidad. Pero si me he sentido influenciado por algunos movimientos estudiantiles que han planteado y abierto debate sobre el tema en muchas ocasiones. Además de charlas con estudiantes de diferentes facultades y profesores fuera del aula.” (Estudiante de la Licenciatura en Matemáticas, 24 años).

Se puede ver aquí como la racionalidad con la que operan las ideas de estos estudiantes, es diferente a la que más arriba desarrollamos, el foco está presente no solo en el acceso a la información y la importancia de la pluralidad de voces, sino en analizar de qué modelos políticos ideológicos provienen las ideas y cuáles son las discusiones que existen acerca de ellas. Lo que no significa que los demás estudiantes no lo hagan, sino que estos admiten como principal fuente de motivación para realizar estas reflexiones este grupo social del que participan. Otros estudiantes podrían analizar los intereses políticos de la información mediática, individualmente, o en relación a grupos o comunidades interpretativas.

Es por eso que no se sostiene con esto que la construcción del pensamiento crítico de los militantes pueda ser superior al de los que no lo son, sino que opera de diferente forma. Y eso tiene que ver con el uso que hacen de un espacio particular dentro de la universidad. Es decir una muestra más de la multicontextualdad de las audiencias.

Además como sostiene el estudiante de matemáticas, sin ser militante ha tenido y tiene relación con los movimientos estudiantiles y con las actividades propuestas por ellos; lo que modifica o influencia su pensamiento al momento de analizar la información. Ese contacto puede estar dado por relación directa con el movimiento político a través de actividades, foros, encuentros; ser simpatizante de las ideas y acciones que la agrupación propone pero no militar activamente, o tener un vínculo con los movimientos estudiantiles por amigos o allegados que de él participen, por ejemplo.

Es decir, que las comunidades interpretativas que tienen su origen en Fish (1980) en relación al texto –literario- pero que ha sido traducido a las audiencias por pensadores como Lull (1988) u Orozco Gómez (1991) donde no existe el texto como tal sino que este cobra vida al momento que se realiza una lectura, esa lectura comandada por códigos comunes que se comparten en cierta comunidad –interpretativa- lo que no quiere decir que las lecturas sean todas iguales, porque a esa se le debe sumar otra instancia, reacción emocional a la experiencia primera (Varela, 1999). Este es un concepto muy discutido, no nos interesa por el momento polemizar al respecto. Sino ver como esto traducido a las audiencias significó un llamado de atención al subjetivismo extremo de los sujetos explicados a través de “límites” sociales establecidos por las comunidades interpretativas.

 Las pasantías y las prácticas profesionales como fuentes de contrastación con la realidad mediática

Como se viene planteando los espacios que componen la universidad son diversos, desde las aulas y sus cátedras, pasando por la militancia política, siguiendo por congresos y voluntariados, llegando a los pasillos que se han convertido en bastión indiscutible de la educación pública al momento de fabricar ideas, se puede decir con certeza que la relación que los estudiantes establecen con estos espacios nos pueden dar cuenta de cómo influyen unos sobre otros para cambiar la percepción que se tiene del mundo.

Las carreras además de ofrecer conocimientos teóricos, ofrecen conocimientos prácticos que colaboran en la formación de profesionales como actores sociales insertos en un contexto histórico determinado. De ello deriva que queden establecidos seminarios de práctica profesional, pasantías, visitas al campo, etc. Según la carrera que estemos tratando.

El vínculo con la comunidad, con actores fuera del ámbito universitario les permite a los estudiantes tener la posibilidad de construir su pensamiento y su imagen acerca del contexto político-social a través de elementos particulares, como la voz de la comunidad y su forma de ver y de vivir en Santiago del Estero.

Así lo expresaba un estudiante de Educación para la Salud:

“Durante el cursado de seminario de práctica, me ha tocado trabajar con un comedor en el barrio 8 de abril, donde trabajaba la temática de violencia y derechos humanos (…) y te sientes desprovisto de herramientas para trabajar, porque todas esas que te habían dado en el aula, las tienes que reconstruir todo el tiempo (…) estas inserto dentro de la complejidad misma y no ha sido formado para eso.

En ese momento me ha pasado algo muy particular que casualmente me ha hecho pensar esto de los medios, y que es lo que preocupa, qué es lo que sirve para vender (…) Habrá sido el tercer o cuarto encuentro y un changuito del barrio muere, nunca salió en los diarios, lo buscábamos lo buscábamos y nada. No había salido. De esa forma entendía como se invisibiliza a ciertas personas por pertenecer al sector que pertenece, el marginal. Eso me ha llevado a pensar mucho qué y cómo consumir”. (Estudiante la Licenciatura en Educación para la Salud, 26 años)

Sobre el mismo punto una estudiante de sociología decía:

“Yo tuve la oportunidad de participar mientras cursaba en el relevamiento de datos de un programa nacional que se estaba aplicando en Santiago, y aprendí muchas cosas estando ahí dentro que en otro lugar no las hubiera aprendido, así como también como se tergiversa la información, como se baja línea y como se muestra la información siempre respondiendo a ciertos intereses.” (Estudiante de Sociología, 24 años).

Se puede ver aquí claramente como surgen elementos del vínculo directo con la comunidad, que si bien está enmarcada dentro la institucionalidad de una cátedra como requisito para aprobar la materia, son procesos que solo se viven fuera del aula. Así lo advierte el estudiante entrevistado al reconocer una diferencia tajante entre los procesos áulicos y a los que se ha expuesto al trabajar en ese comedor y como esto ha colaborado a pensar la información a la que está expuesto -y la que no se mediatiza- y elaborar sus propias conclusiones acerca de esto.

 Reflexiones finales y nuevas preguntas

La audiencias son agentes productores de sentido, agentes capaces de resignificar lo que alguien mas dijo pero también de producir factores nuevos generando siempre alguna transformación, por más pequeña que sea. Pero cuando se enfrenta a  medios poderosos que además se vinculan al poder político en una sociedad tradicional como la nuestra, las audiencias ya no solo tienen la capacidad sino el deber de hacer frente a los monodiscursos imperantes, generando algo así como mecanismos de defensa destinados a desestabilizar el intento por ejercer un poder que busca ser absoluto.

La universidad pública es considerada desde hace décadas como la creadora de mentes críticas y agentes de lucha, que ya libraron varias batallas, una de ellas contra el  neoliberalismo que venía por todo en la década de los noventa. Pero aquí quisimos saber de las batallas diarias, de esas que se libran todos los días contra un sistema que se expresa a través de los medios de comunicación.

Los estudiantes avanzados de la UNSE se valen de muchas herramientas que la misma universidad le has brindado y que les son propias, pero también ponen en funcionamiento otras estrategias que serían claramente extrapolables a otros públicos por fuera de la educación formal.

En relación a las primeras, los jóvenes se valen de los elementos teóricos que en las cátedras se les brinda para entender noticias con lenguaje técnico que de otro modo no lo podrían hacer. Del mismo modo emplea para detectar relaciones entre elementos y procesos que les sirve para desmantelar el engaño o la persuasión con la que muchas veces los medios actúan, esto se hace presente mas en las carreras multiparadigámaticas, sin embargo en las monoparadigmáticas, los estudiantes destacan asignaturas como encomia que según ellos les ayudan a interpretar mensajes mediáticos en la coyuntura en la que vivimos. Además se destaca aquí los procesos pedagógicos dentro del aula, y el rol que desempeñe el profesor como propulsor de dudas y debates.

Por otro lado la militancia o el vínculo con los partidos políticos ayudan a comprender que toda idea es en sí misma una idea política y cuáles son las consecuencias que estas pueden acarrear. Eso establecido a partir del debate, de la lectura de textos políticos, de posicionamientos claros y de la construcción colectiva de ideas en su máxima expresión. Al momento de enfrentarse a cualquier información ellos saben que debe ser discutida casi antes de que la primera letra entre por la retina.

Las prácticas profesionales ayudan a los estudiantes crear un puente fuerte entre ese modelo ideal que les ofrecen los libros y la realidad misma, compleja y conflictuada. La fuente es la más especializada de todas, el propio actor social, viviendo y sintiendo en esa realidad que les es próxima, que les es suya pero que a veces parecen tan lejana que la desconocen. A partir de allí, algunos sabrán que hay cosas que se ven, sujetos con los que se trata, relaciones que establecen, poderes invisibles -y otros no tanto- que se ejercen una y otra vez y que no aparecen en esos medios que ellos consumen.

Por la misma línea, pero ya no como pasantes o practicantes, estudiantes admiten que la principal fuente con la cual contrastan la información mediática es el salir a la calle, charlar con el vecino, ir al centro y ver, por ejemplo, marchas multitudinarias que no salieron en ningún medio que ellos consumían. Es simple, no hace falta ni que busquen un diario o portal alternativo porque lo están viendo con sus propios ojos y saben que los grandes medios locales lo ocultan, pero del mismo modo los siguen consumiendo por un motivo que es un raro coctel entre inercia y tradición popular.

Pero pasemos desde del mundo offline al mundo online parafraseando al magnífico Bauman. Las redes sociales son norma en todos los estudiantes. No hay uno solo que  haya dicho que no navega en Facebook. Entrar en esta red social, es como salir a pasear y que la gente cuente cosas… que cuente cosas que no se les ha preguntado. Eso lleva directamente a que un flujo de información de lo más diversa circule ante sus ojos. Pero los actores se hacen presentes, primero bajo el pseudónimo de usuarios y más tarde con nombre y apellido cuentan su versión de las cosas, discuten la información, expresan sus ideas políticas. En este sentido el poder de las redes virtuales es inconmensurable, en un estado mediático como el santiagueño son un gran refugio para la construcción de “verdad”.

Las redes comunicativas y el desempeño de las audiencias, con sus entramados políticos, económicos y sociales es tan compleja que este estudio no podría abarcarlas, pero sí establecer algunas aristas para futuras líneas de investigación. Se asomó a un mundo compuesto por múltiples piezas y trató de brindar un panorama de algunas de ellas. Pero quedan muchas preguntas por responder relacionadas por ejemplo a las diferencias de la audiencia universitaria con otras que no lo sea; cuales y como son los mecanismos de resignificación del mensaje que se obtienen en la vida diaria o de los círculos primarios, y que no tienen que ver con la universidad; el uso que se hace de otros medios locales y los medios nacionales. Un amplio abanico de puntos por tratar en un objeto fascinante que se conoce con el nombre de audiencias.


Bibliografía

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“Vivimos en dos mundos paralelos y diferentes: el online y el offline”. (6 de julio de 2014). Entrevista a  Zigmunt Bauman. Diario Clarín. Recuperado en: http://www.clarin.com/edicion-impresa/Vivimos-paralelos-diferentes-online-offline_0_1169883075.html

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[1] A pesar de que estas dos categorías parecen acotadas, por la complejidad con la que se plantea el concepto de audiencias, sirven para describir la situación de una forma descriptiva y ubicar el objeto de una forma más clara en los estudios de comunicación.