Por Fernanda Belén Figueroa |
CONICET/CEDEP/UNSE – lafer_figueroa@hotmail.com |
Los trabajos acerca del peronismo se han multiplicado a lo largo de estos años. La producción científica en torno al peronismo se va renovando “poniendo al investigador frente a la necesidad de innovar teóricamente, renovar la reflexión epistémica y profundizar el trabajo empírico” (Vezzosi, José, 2014:286). La relación del peronismo y la prensa es un aspecto también desarrollado, en los que son recurrentes los interrogantes acerca del lugar que los medios de comunicación ocuparon durante la campaña presidencial y el ascenso de Perón al poder, así como también las políticas del peronismo con relación a los medios, aspecto trabajado por Mirta Varela (2006-2007) entre otros.La vinculación y tratamiento que los medios de las provincias del interior del país le dieron al, entonces nuevo, fenómeno peronista, constituyen una línea bastante rica que desde hace varios años se viene trabajando en el marco de los estudios acerca de los peronismos en el interior del país.
La historia de los medios de comunicación y su poder en la provincia de Santiago del Estero ha sido trabajada pormenorizadamente por Ernesto Picco en su libro Medios, Política y Poder en Santiago del Estero (2012). Respecto de las representaciones[1] del peronismo construidas por los principales medios de información de Santiago del Estero (diarios El Liberal y La Hora), Julio Carrizo (2011) y José Vezzosi (2014), constituyen antecedentes para este trabajo, y constantemente recurriremos a ellos. El primero desarrolla la descripción, interpretación y posición crítica de los dos diarios santiagueños mencionados, mientras que Vezzosi realiza un análisis del papel que desempeña el diario El Liberal como actor político del campo del poder santiagueño en el proceso de surgimiento del peronismo. La mayoría de los trabajos acerca de esta temática[2], resaltan el escaso espacio que los grandes diarios nacionales dieron a las actividades del frente peronista durante la campaña electoral, mientras dedicaban su atención a la información política proveniente de la Unión Democrática. Este hecho no fue exclusivo de los medios nacionales, también en Santiago podemos observar lo mismo. En los orígenes del peronismo, los diarios existentes (El Liberal y La Hora) fueron opositores al mismo. No obstante, una vez consolidado el peronismo en la provincia, el diario La Hora, de ser opositor, se convirtió en defensor del gobierno y sus políticas. ¿Cómo interpretar este cambio? ¿Qué fue lo que lleva al diario a modificar su postura de prensa facciosa a favor de la Unión Democrática a ser un periódico afín al peronismo? En el trabajo desarrollaremos dos momentos que caracterizaron al diario La Hora en el periodo de 1946-1950 (prensa facciosa y luego prensa oficialista).Apoyándonos en trabajo de archivo, en producciones científicas previas y en entrevistas con un ex trabajador del diario, intentaremos explicar las razones de este cambio. La política de medios del peronismo En el complejo vínculo entre medios de comunicación y política, la relación entre peronismo y medios constituye un capitulo central. Sea en términos de “políticas de hecho” (Sirven en Varela, 2006-2007) o como rasgo dentro de la “doctrina peronista” (Lettieri en Varela, 2006-2007), los textos académicos coinciden en poner el acento en la utilización de los medios por parte de Perón. El interés de Perón por los medios de comunicación puede ser identificado desde antes de ser presidente, ya desde su cargo como Secretario de Trabajo y Previsión durante el gobierno de Farrell, contribuyó a la creación del Estatuto Profesional del Periodista (1944), dando un giro a la forma en la que el régimen militar de ese momento se relacionaba con la prensa. El decreto desencadenó una transformación en cierto modo inesperada en el conjunto de la red de relaciones de la prensa masiva. (Cane, en Da Orden y Melon Pirro, 2007). Por un lado, las mejoras materiales que el Estatuto incorporaba, generaron divisiones al interior del grupo de los periodistas. Muchos de estos, respaldaron a un gobierno que aun con el estado de sitio, seguía manteniendo una fuerte política represiva contra la prensa en su conjunto[3]. Pero también las tensiones entre periodistas y propietarios se hicieron más evidentes. En este sentido el investigador James Cane analizando el Estatuto del Periodista afirma Los avances materiales que el Estatuto estableció fueron considerables, sueldos mínimos en escalas progresivas según la dimensión económica del diario empleador; aumento salarial inmediato para todos los periodistas, con futuros aumentos no menores al 5% cada tres años; regulación estricta de los motivos legítimos de despido y compensación significativa de los periodistas afectados (…) (Cane, 2007:41) De esta manera, el Estado asumía el rol de protector de los intereses materiales de los periodistas: por medio del Estatuto, se dio fuerza de ley a la concepción de los periodistas como trabajadores; a la de los propietarios de diarios como jefes de empresas comerciales y a la visión del Estado como defensor en las salas de redacción. Otra novedad fue la de categorización jurídica de los diarios de circulación masiva como entidades comerciales, lo cual abría la industria de la prensa “a la regulación estatal de la mano de obra, del papel de diario y de los otros factores de producción”. (J. Cane, 2007:44) El Estatuto, por lo tanto, logró un cambio al facilitar la rearticulación de las complejas relaciones entre los trabajadores y propietarios de la prensa nacional, y también modificó el status de la prensa frente al Estado argentino: Perón en efecto, buscaba usar las divisiones de clase dentro de las redacciones no solo para alterar internamente a cada diario opositor, sino también para ganar la simpatía activa de los productores directos de buena parte de la información y la ideología que vastos sectores del público argentino consumían en forma cotidiana. “En lugar de silenciar la prensa, el Estatuto formaba una parte importante del intento más ambicioso de tener mayor influencia sobre la articulación de la llamada <opinión pública>” (Cane, 2007: 39) Una vez ya en el gobierno, Perón llevó a cabo una serie de medidas tendientes al control de los medios de comunicación. Dentro de las medidas restrictivas, además de la cesura de ciertos contenidos y control material de los insumos de los medios (papel prensa), también podemos encontrar la adquisición de algunos medios por parte de terceros cercanos al gobierno. Ejemplo: el traspaso de propiedad de la editorial Haynes por medio de la compra del 51% de sus acciones y, de esta manera a las revistas populares que esta editorial publicaba se le agregó Mundo Peronista[4]“de esta manera, la identificación entre las publicaciones que ya eran populares y el discurso oficial se volvía fluida” (Varela, 2007:6-7). Los dueños accedían a vender para evitar las presiones, el hostigamiento, las amenazas y otras formas de amedrentamiento del gobierno, y a cambio obtenían un buen precio y continuaban desempeñando una dirección, al menos en apariencia. Respecto a la radio, la política del peronismo no sería muy diferente. En consonancia con sus intenciones de dominar la prensa, Perón inició una campaña de control y aprovechamiento al máximo del sistema radiofónico: el gobierno utilizaba sistemáticamente la cadena de radiodifusión durante los mejores horarios con fines propagandísticos, para trasmitir actos oficiales, emitiendo sus discursos. (Carrizo, 2011:3) Prensa santiagueña y peronismo. Como mencionamos más arriba, al momento de asumir el peronismo el gobierno, los dos diarios principales que circulaban en la provincia eran El Liberal y La Hora. El 3 de noviembre de 1898 Juan Figueroa, de origen cordobés, fundó El Liberal. Como afirma Vezzosi, este se inició como órgano partidario de la Unión Cívica Nacional, con la sanción de la Ley Sáez Peña, pasó a apoyar a la Unión Cívica Radical. En febrero de 1929 fue adquirido por los hermanos José y Antonio Castiglione, quienes como sostiene Picco, pasaron a convertirse en los principales empresarios mediáticos, pioneros en el desarrollo de la comunicación masiva de la provincia (Ernesto Picco, 2012:51). Al surgir Perón como líder político, El Liberal marcó su posición opositora al gobierno de la revolución de Junio y a la figura de Perón, como afirma Carrizo, los dueños del diario hicieron notar su posición política definida y comprometida de cara a los proceso electorales de 1946, construyendo un discurso opositor al peronismo y a favor de la Unión Democrática. No es objeto de este trabajo el análisis de la relación entre El Liberal, los Castiglione y el peronismo, solo decir con Carrizo que la concepción que el diario tenia respecto del peronismo, le valió diversos conflictos. También, como se mencionaba arriba, dentro de la política de control de los medios de comunicación por parte del peronismo, el sistema de radiofonía se vio afectado. En el caso de nuestra provincia una resolución de la Dirección de Radiocomunicaciones declaró la caducidad de la onda de L.V.11 Radio del Norte el 22 de febrero de 1947, emisora propiedad de los hermanos Castiglione también. La radio reproducía noticias y opiniones, que también se publicaban en El Liberal, sumamente críticas hacia el peronismo; el silenciamiento a L.V.11, obligo a sus dueños a vender el trasmisor, planta trasmisora y accesorios. La posición del diario La Hora sobre el peronismo: de prensa facciosa a oficialista Respecto de los medios en Santiago del Estero, el diario La Hora, no fue la excepción a la regla del resto de los medios del país respecto al peronismo. Fundado un 4 de febrero de 1928 por Leocadio de Jesús Tisera[5], estuvo en circulación por casi cincuenta años, siendo uno de los diarios con mayor duración en la provincia. Sus talleres y administración se localizaron en calles 9 de Julio y Buenos Aires, pero en 1945 se instaló en la calle Libertad (Quadrelli, Luis, 2012:23), desde allí sus ejemplares reflejaban una posición netamente antiperonista. Durante el año electoral 1946 e incluso en ediciones de años anteriores, La Hora sentó su posición antiperonista; personificaba al peronismo como la versión argentina del nazismo y del fascismo europeo y advertía a la ciudadanía sobre el peligro que constituía para la democracia liberal argentina. Podemos mencionar como uno de los tantos ejemplos al ejemplar del 2 de enero de 1946, en la columna editorial “Nuestro voto” sostiene “(…) recogemos el anhelo angustiado del pueblo argentino por superar la crisis política e institucional que aqueja a la Republica. (…) Es el momento del derecho argentino debe ser defendido con toda decisión y coraje para terminar con los desplantes “fascistoides”[6] de un nacionalismo demagógico que se inspira y nutre de los sistemas europeos que la opinión publica del mundo ha aplastado para siempre. (…) Tenemos profunda fe en el triunfo de las fuerzas de la democracia. (La Hora, 2/01/1946) Como afirma Mirta Varela (2006-2007) durante la campaña electoral los medios gráficos prácticamente no dedicaron atención a las actividades del frente peronista, sí lo hicieron con la campaña emprendida por la Unión Democrática, durante nuestro trabajo de archivo, ese aspecto fue claramente evidenciado en numerosos ejemplares del diario La Hora, en el que destinan páginas enteras con grandes titulares a la gira por el país que realizan los candidatos de la Unión Democrática, no así con el peronismo, los pocos espacios en los que las actividades de este frente eran mencionadas, siempre eran en tono jocoso, o restando importancia a todo acto o reunión que se realizaba, “solo era para señalar un escándalo, una deserción o un cisma en sus filas” (Varela Mirta, 2006-2007:4). El nombre de Perón era “prolijamente evitado” (Sirven en Varela 2006-2007:4), empleándose eufemismos. Normalmente, La Hora utilizaba la columna denominada “El Avispero Político”, de autor anónimo, para poder sentar su posición antiperonista y hacer referencia impunemente a Perón, a quien con frecuencia se refería como “el coronel demagogo” “el candidato del continuismo” “el gran demagogo” “Juan demagogo” (La Hora, 3/01;7/01;17/01 de 1946) En el caso de la visita de Perón antes de las elecciones presidenciales de 1946, dedicaron varias de sus ediciones a criticarla: según el diario ésta fue un fracaso por su poca concurrencia, también menciona el abucheo del que fueron víctimas “don Chicho” y el Dr. Corvalán, en acto en el Plaza hotel[7] (La Hora, 2/01/1946).Afirmaban que la gira de Perón por el interior del país había sido un fracaso, a pesar de que “la alaraca (sic) peronista (…) seduce a los bobos con el griterío ululante que trasmite la radio y que no es sino que una <claque> organizada”. (La Hora, 3/01/1946) Ya con el peronismo en el gobierno, el periódico continuó con sus críticas desde sus editoriales, particularmente a la labor legislativa. Son frecuentes los espacios dedicados a resaltar la pobre actuación de los legisladores. En una nota de opinión del mes de julio de 1946 titulada “Esterilidad legislativa” afirma “van ya dos meses de funcionamiento de la Cámara de Diputados de la Provincia, y el cuerpo representativo de la voluntad popular no ha dado la mínima muestra de eficiencia” y también menciona las no tan pobres sumas de dinero que recibían los parlamentarios: “los legisladores se han aumentado las dietas con el rotulo de gastos de representación”, y en otra nota editorial respecto de la conmemoración del Día de la Independencia, con tono más bien prescriptivo también hace referencia al sueldo de los legisladores: “el patriotismo (…) consiste precisamente (…) el del funcionario en predicar con su ejemplo y en ganar estrictamente su sueldo con honor”. (Hagamos Patria, La Hora 8/7/46) Como sostiene Julio Carrizo, La Hora muchas veces recurrió a datos no muy verosímiles para criticar la política social del peronismo, a la cual calificaba como demagógica, con un único fin que era engañar a los trabajadores “Para apoyar estas afirmaciones mencionaban cifras que no coinciden con las estadísticas que hoy utiliza la mayoría de los historiadores que analizan la cuestión, y que permiten sostener que al menos hasta 1949 el salario real de los trabajadores creció, y que a partir de la década del 50, la inflación comenzó a reducir el salario real, pero que este siempre fue superior al nivel que poseía antes de la presidencia de Perón” (Carrizo Julio, 2011:20) El recurso de “inventar” datos, no sería algo extraño en la práctica del diario, existen muchos relatos que vinculan a Tisera y este tipo de prácticas, como por ejemplo el que nos menciona Luis Gerardo Quadrelli, trabajador de los talleres del diario La Hora, actualmente jubilado, “Tisera muchas veces inventaba noticias, fue lo que sucedió una vez con el cine Renzi, cuando no quisieron venderle publicidad, al día siguiente era noticia una invasión de ratas en el cine” Respecto a la postura ideológica de Tisera no hemos podido acceder a fuentes que nos permitan indagar en mayor profundidad; El Liberal mantenía una diferencia con el peronismo en lo político e ideológico[8], de ahí su posición crítica; si podemos inferir que la posición crítica al peronismo de La Hora en la primera etapa como señalamos se corresponde con la mayoría de los empresarios e intelectuales de la época. Sus oficinas eran frecuentemente visitadas por “Orestes Di Lullo, Horacio Germinal Rava, Flavio Correa, Samuel Yussem, Rolle Nassif, su hijo Alfonso, Carlos A. Bruchman entre otros” y les otorgaba espacio en sus páginas para exponer sus pensamientos (Quadrelli Luis, 2012:26-27) Viraje al oficialismo Sin embargo, en 1948 La Hora pasa a ser oficialista. En este aspecto, el trabajo de Carrizo da cuenta de este cambio, el peronismo ya no sería calificado como un partido autoritario y nazi-fascista, sino como “el restaurador de la democracia en la Argentina”, y la oposición tanto radicales como conservadores eran responsables por todo el fraude electoral de épocas pasadas. Revisando ejemplares correspondientes al año 1948, podemos observar que el diario hace mención más frecuentemente a las actividades del gobierno, en particular las obras en materia de salud pública. Éstas, en palabras del diario contribuirían al progreso científico y a elevar “el nivel sanitario del interior de la Republica y ofrecer todos los recursos del progreso medico a los pobladores alejados (…)” (La Hora, 15/1/48). Con el peronismo, la promesa de una mejor salud para el pueblo que por años había sido relegada a planos secundarios, se concretaba “Santiago del Estero ha carecido desde hace años de autoridades que aseguren la normalidad sanitaria de toda su dilatada extensión (…) Al asumir al gobierno de la Nación, el general Perón proclamó el derecho a la salud, el más trascendente porque se vincula con la dignidad de la persona humana, con la vida colectiva, con la economía nacional e internacional” (La Hora, 14/1/48) Las antiguas críticas a las promesas demagógicas se convirtieron en firmes respuestas a las esperanzas de los conciudadanos; las reivindicaciones de las clases proletarias, reflejadas en las leyes sociales dictadas e incorporadas a la Constitución eran muestra del imperio del justicialismo marcando un nuevo rumbo en la vida del pueblo: “Con Perón podemos marchar confiados, mirar con optimismo el porvenir porque está estructurando la Argentina políticamente soberana, socialmente justa y económicamente independiente que entrevieron en sus sublimes ensoñaciones los próceres que nos legaron una libertad e independencia…” (Julio Carrizo, 2011:22. La Hora, 4/02/1950) El cambio de postura, puede verse reflejado particularmente a partir de las clausuras de periódicos que realizó la Comisión presidida por el diputado Visca, que suspendió la salida del diario El Liberal durante casi tres meses en 1950[9] Previa a esta situación, el diario mantenía una postura similar a El Liberal, de crítica a las medidas arbitrarias y tiránicas con relación al ejercicio de la libertad de prensa. Como menciona Carrizo las denuncias que El Liberal realizó por agresiones y atentados que afectaron a su edificio (22/01/1946) fueron avaladas por La Hora manifestando su repudio por los “atentados contra la libertad de prensa, responsabilizando al peronismo por estas acciones de falta de respeto a las libertades constitucionales” (Carrizo, 2011:23). Lo que debemos agregar es que este hecho de solidaridad de ambos periódicos era algo común, puesto que, como indagamos a partir de nuestra entrevista con Quadrelli, existía una relación cordial entre los propietarios de ambos periódicos (Castiglione y Tisera).Por ejemplo, en caso de que a La Hora le faltara papel muchas veces Castiglione se lo facilitaba, de igual manera si existía alguna falla técnica en alguna máquina, los técnicos de El Liberal podían ayudar a resolver el desperfecto de los talleres de La Hora. En cuanto a los periodistas también la cordialidad reinaba en este aspecto, muchos de los trabajadores de La Hora trabajaban al mismo tiempo en El Liberal. Sin embargo, esta conducta de solidaridad se interrumpe con la clausura del diario El Liberal, como afirma Carrizo, “en esta ocasión La Hora se limitó a informar mediante crónicas la clausura (…) sin emitir opiniones ni juicios acerca de la libertad de prensa (…) siempre respetando la información proporcionada por los organismos oficiales.” (Carrizo Julio, 2011:24). Podemos suponer, que la clausura de El Liberal fue inteligentemente aprovechada por Tisera, pues La Hora quedaba como único diario en circulación[10], lo cual incrementó sus ventas en esos meses potenciando el costado empresarial de Tisera. Carrizo en su trabajo menciona un posible entendimiento con Carlos Juárez, esto no hemos podido constatarlo, pero si coincidimos como dato relevante el incremento del número de páginas que beneficia a La Hora, las ediciones “pasaron de tener 4 paginas, hasta 1947, a contar con entre 6 y 8 paginas” (Carrizo, 2011:22). A modo de conclusión Tras el trabajo de archivo con el diario La Hora, se pudo evidenciar, en un primer momento una actitud hostil hacia la figura de Perón y el gobierno que encarnaba. Sin embargo, a partir de 1947-48 se produjo un viraje en esta postura, primero tibio luego más evidente. De dedicar pequeños espacios a las actividades del peronismo (tanto en época de campaña como ya en el gobierno), fue paulatinamente dando más lugar a las actividades gubernamentales e incluso elogió a algunas políticas del entonces nuevo gobierno; y la oposición también sintió los cambios, de recibir grandes titulares pasó a tener menos espacio y si grandes criticas al rumbo de sus acciones. Nos preguntábamos en la introducción ¿cómo interpretar este cambio? Podemos suponer que el viraje responde a razones económicas, estrategias empresariales por parte de Tissera, temor a los mecanismos de control de los medios por parte del gobierno. Cierto es que, tras el supuesto entendimiento entre el periódico y el gobierno el número de páginas aumentó, pero también es de notar que el formato de publicidades en el diario sufrió modificaciones; a partir de ediciones correspondientes al año 1948 podemos observar que el formato de publicidades cambió, son notables las páginas enteras que La Hora le otorga a grandes tiendas locales (a las ya clásicas publicidades de “La Feria” se suman las de “La Tropical” tienda de ropa y calzados, y Sociedad Comercial e Industrial Bonacina Limitada S.A). Esto podría dar un indicio de que las mejoras en los ingresos del periódico no solo se debieron a las “buenas migas” entre La Hora y el gobierno, sino también a los ingresos provenientes de las publicidades. También hay un aspecto que no se analiza y puede resultar fuente de nuevas preguntas de investigación, que se vincula al rol de los periodistas en la evolución de la relación entre medios santiagueños y el gobierno peronista, un estudio más profundo de estos actores podría resultar más clarificador al momento de entender los cambios en las posturas y discursos. [1] “Constituyen sistemas cognitivos en los que es posible reconocer la presencia de estereotipos, opiniones, creencias, valores y normas que suelen tener una orientación actitudinal positiva o negativa (Araya Umaña en Carrizo Julio, 2011:1) [2] Principalmente los consultados para este trabajo: Mirta Varela, José Vezzosi, Julio Carrizo. [3]El gobierno surgido del golpe de junio de 1943, utilizo la represión como elemento fundamental en sus relaciones con la prensa, su intento por silenciar la prensa culminó con el decreto 18407 de diciembre de 1943, año en el que “el gobierno dicto medidas estrictas de censura sistemática y –lo más novedoso- de carácter permanente”. (James Cane, en Da Orden y Melon Pirro2007:38-39) [4] La editorial Haynes publicaba el diario El Mundo y las revistas Mundo Argentino, Selecta, El Hogar, Mundo Deportivo, Mundo Agrario, Mundo Atómico, Mundo Infantil, Mundo Radial, Caras y Caretas y P.B.T, se trataba de publicaciones de gran circulación, se habían convertido en las más populares de la época (Varela,2006-2007:6) [5] De don Leocadio Tisera, no hemos accedido a fuentes que puedan brindarnos más datos de su persona. A Leocadio, lo sucedió como administrador y copropietario José Edmundo Tisera Corrales en el año 1945 y su hermano José Agustín Tisera Corrales se hizo cargo de la parte administrativa, iniciando una etapa de modernización del diario con la compra de máquinas Linotipo por ejemplo (Quadrelli, 2012) [6] Comillas nuestras [7]El Dr. Santiago Corvalán, provenía de una antigua familia patricia santiagueña, tuvo varios antecedentes de labor política en la provincia: como convencional constituyente, ministro, diputado nacional y senador nacional por la UCR entre los años 1911-1939. En 1945 abandona a la UCR y pasa a las filas de una nueva facción: UCR-Santiago del Estero, quizás pretendiendo conseguir un mayor espacio en el peronismo naciente, afirma Ana Teresa Martínez (2008:82-83). El día de la visita del coronel Perón, este dispuso dar su discurso desde el balcón del Hotel Plaza, antes de Perón varios otros fueron los oradores, cuando el Dr. Corvalan “se disponía a leer su discurso, sorpresivamente, de todos los ámbitos de la plaza surgieron estribillos, silbidos y palabras contrarias a su actuación política. Se prolongaron por largo tiempo obligando al Dr. Corvalan a cesar su intervención”. (Robles Avalos,1993:179) Respecto del personaje mencionado en la cita del diario, “don Chicho” no hemos podido reconocer la identidad del mismo. [8] Los hermanos Antonio y José Castiglione adherían a la ideología liberal y eran miembros de la Unión Cívica Radical, para ellos el peronismo representaba el retorno a la barbarie, sostenían la necesidad de regresar a la economía liberal, sin intervenciones del estado, en las negociaciones entre obreros y patrones, decisiones y resoluciones de conflictos. (Julio Carrizo, 2011:13) [9] El diario El Liberal fue clausurado entre los días 11 de enero y 20 de abril de 1950, a raíz del incumplimiento de una ley que establecía que durante los 365 días de ese año, todos los documentos, instrumentos públicos e impresos debían llevar la leyenda “Año del Libertador General San Martin”, esta ley le permitió al diputado peronista José Emilio Visca perseguir las publicaciones opositoras e independientes. Sin embargo, en una entrevista con Luis Tarchini, nieto de Castiglione, nos revela que, la persecución y posterior clausura de El Liberal está vinculada a un ofrecimiento que Perón le hace a Castiglione de la candidatura a la gobernación de la provincia, pero bajo lineamientos directos del propio Perón, sin posibilidad de autonomía alguna, esto es rechazado por Castiglione, quien “corre al enviado de Perón”, y consecuentemente el diario y antes L.V.11 Radio del Norte, también propiedad de los Castiglione, son clausurados. [10] El mismo día que El Liberal es clausurado también lo es el diario La Provincia, también se trataba de un periódico vespertino (Carrizo, 2011:24) Bibliografía Carrizo, Julio (2011) La prensa y las representaciones del peronismo. Santiago del Estero 1945-1955. Trabajo presentado en las XII Jornadas Interescuelas de Historia. Da Orden, María Liliana y Melon Pirro, Julio Cesar (2007) Prensa y peronismo. Discursos, prácticas, empresas, 1943-1958. Ediciones Prohistoria Prensa y peronismo. El problema y el tratamiento de las fuentes. (2007) Cane James (2007). Trabajadores de la pluma. Periodistas, propietarios y Estado en la transformación de la prensa argentina, 1935-1945. Martínez, Ana Teresa (2008) La prehistoria del peronismo en Santiago del Estero. Laborismo, radicalismo y política criolla en las elecciones de 1946. Instituto de Estudios Socio-Históricos – Facultad de Ciencias Humanas – Universidad de La Pampa – Picco, Ernesto (2012) Medios, política y poder en Santiago del Estero: 1859-2012. – 1a ed. Ediciones INDES Quadrelli, Luis (2012) Historias de vida y otros cuentos. Ediciones del Centro de Escritores Santiagueños Nuevos Caminos. Diario “La Hora” http://bibliotecajwa.com.ar/santiago/doku.php/diario-la-hora Robles Avalos, Guillermo E. (1993) Los orígenes del peronismo santiagueño. Edición del autor. Varela, Mirta (2006-2007) Peronismo y medios: control político, industria nacional y gusto popular. http://www.rehime.com.ar/escritos/documentos/idexalfa/v/varela/Mirta%20Varela%20-%20Peronismo%20y%20medios.pdf Vezzosi, José (2014) El diario El Liberal y el surgimiento del peronismo santiagueño (1945-1946). http://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S1514-68712014000100016&script=sci_arttext |