Por Lic. Marta Aquilino y Lic. Daniela Machao |
Roberto Igarza se dedica, principalmente, a analizar la relación entre los nuevos consumos culturales derivados de un sistema cultural-mediático en permanente transformación y evolución que se ve modificado, entre otras cosas, por la permanente irrupción de novedosas pantallas en la vida cotidiana. Su propuesta de la convergencia, entendida como la incorporación de medios dentro de medios abrió el juego a pensar las nuevas formas y lenguajes que generan cambios en los modos de producción, circulación y consumo de contenidos de todo tipo. Sus aportes intentan iluminar la difícil transición hacia escenarios futuros donde las condiciones actuales se verán fuertemente modificadas y donde, cada vez más, las fronteras entre productores y consumidores tienden a borrarse. En visita a la UCSE, donde dictó un Seminario sobre “Nuevas audiencias, nuevas formas de comunicación. Los desafíos de la realidad digital” dialogó con Revista Trazos para dar un rápido vistazo a los objetivos del encuentro, que estuvieron orientados a “pensar y repensar cómo alinear los paradigmas de la comunicación con las nuevas audiencias analizando cuántos de estos paradigmas están cambiando. Es decir, la idea es poder ver de qué modo alinear audiencias, formatos, géneros y dispositivos. Cómo poner en vínculo esto que supimos hacer durante muchos años a través de los canales tradicionales de la comunicación, con audiencias que parecen estar predispuestas de manera diferente ante los contenidos que uno les ofrece”. -¿Cuáles son las características de estas nuevas audiencias, sus nuevas formas de consumo? -Básicamente, las prácticas sociales y sus comportamientos tienen que ver con algo que no está exclusivamente vinculado con la comunicación, pero donde la comunicación resulta bastante epicéntrica. En definitiva, es un mundo donde la comunicación ha ganado valor, espacio, temporalidad. Las personas viven en un estado comunicativo casi permanente. Y esto se acentúa en la medida en que las nuevas audiencias se apropian de dispositivos, llamémoslos nuevos mediatizadores, que introducen a lo largo de todo el día un estado comunicativo que antes no existía. Mientras que hace unos años atrás las audiencias esperaban llegar a casa para ponerse en vínculo con el sistema cultural mediático, sentarse frente al televisor, hoy se vinculan con ese sistema cultural mediático a lo largo de todo el día. Y esta modificación es tan importante tanto desde el punto de vista del consumo como desde el punto de vista de la producción y circulación del conocimiento y de la información. Son audiencias que se vinculan muy estrechamente con el consumo, como con la participación, es decir con la dimensión participativa de la comunicación. Alternan con cierta facilidad entre el rol del consumidor y productor de conocimiento, y eso cambia mucho la relación del sistema mediático en su relación con las audiencias. -En esta aparición de la figura del prosumer, este nuevo consumidor que produce, ¿cuál es el papel que tienen las generaciones medias? -En realidad, yo creo que utilizamos categorías porque necesitamos tratar de entender. Y como toda categoría es una simplificación. Esto de pensar que las capas o segmentos etáreos representan realmente algo muy marcado, me parece que es erróneo. Hay personas que se comportan como esas llamadas nuevas generaciones teniendo 60 años. Y personas que teniendo 30 o 20 no necesariamente son de esos prosumers de los que estamos hablando. Me parece que las simplificaciones que estamos adoptando son necesarias para poder de algún modo avanzar en el pensamiento científico frente a lo que está sucediendo. Pero hay que tener prudencia porque tal vez nos encontramos con unas fronteras más borrosas de lo que quisiéramos entre una generación y otra. Y cuando decimos generación tendemos a signarle un vínculo estrecho a la generación etárea, a la generación por edad, vinculándolo con una generación digital. Yo creo que, en síntesis, todos estamos en transición. -Y respecto a las apropiaciones ¿cómo se aborda el análisis? -Las apropiaciones no son blanco o negro, lo tengo o no lo tengo, tengo una tableta o no la tengo, tengo una Ipad o no la tengo. Ahora, hay usuarios de Ipad que lo consumen de manera absolutamente tradicional, y hay otros que lo utilizan de manera absolutamente disruptiva, donde todo está sustentado en el en el consumo de redes sociales, en la comunicación horizontal, etc. Entonces, me parece que de lo que se trata es más que hablar de alineamientos, hablar de los desalineamientos que hay entre las audiencias, los formatos, los géneros y los dispositivos. Cuando un medio tiene éxito, es porque alinea mayorías. Una mayoría de la audiencia, con ciertos formatos, ciertos géneros, ciertos dispositivos. El televisor que uno tiene en casa puede variar en su tamaño, pero todos tienen una dimensión dada para que ciertos formatos y géneros, y una audiencia determinada, sentada a una determinada distancia, funcionen. Los cambios que están ocurriendo son por la multiplicidad de pantallas que nos llevan a distancias diferentes, distancias visuales diferentes, nos llevan a usos diferentes, a formatos y géneros que no habíamos previsto. Entonces, evidentemente, de lo que se trata es de interrogarse acerca de esos desalineamientos que están ocurriendo debido a la llegada de nuevas pantallas, que evidentemente nos imponen tal vez pensar si podemos trasladar con tanta facilidad formatos y géneros de una a la otra. -En este contexto de tanta tecnología, no solamente se vuelven difusos los límites entre lo privado y lo público, sino también entre lo personal y lo laboral, ya que como Ud. ha explicado se incorporan todas estas tecnologías al ámbito profesional. -Claro, eso tiene que ver (no solamente), pero tiene mucho que ver con la portabilidad de los dispositivos. Hay una tendencia al nomadismo. Es un comportamiento social que no tiene que ver con tecnologías de la información. Son técnicas sociales que tienen que ver con las formas de producir y las formas de comunicarse con los demás. Las personas se han puesto en movimiento. Imaginemos que estamos mirando el mundo desde una distancia satelital, lo que vamos a ver es un mundo muy en movimiento. Los flujos, intercambios, demandan mucho movimiento. Ante ese movimiento las personas se apropian de los dispositivos móviles naturalmente, porque son parte de una cierta optimización de su vida social. Puede estar con la familia, aunque esté a 200 kilómetros; puede estar en contacto con sus clientes, más allá de los horarios de oficina. Entonces, el mundo ha cambiado mucho, y en esos cambios yo creo que hay una dinámica de movimiento espacial, lo que yo llamo el homo movilis. Esta idea de un hombre en movimiento, una persona que encuentra en el movimiento la dinámica social que antes encontraba en otros espacios de reflexión. Y eso cambia mucho las cosas. -¿Podemos decir, entonces, que las nuevas tecnologías traen aparejados cambios culturales, o sería al revés? -Yo creo hay un cierto interaccionismo. En todos los casos hay un determinismo recíproco, si se quiere, en términos más sociológicos. Hay un determinismo recíproco entre algunas variables, que en su conjunto representan de algún modo las líneas más emblemáticas del comportamiento social de las grandes comunidades, sobre todo urbanas, en el mundo de hoy. Pero de ningún modo estoy predispuesto a acentuar la tendencia a marcar: éste es el epicentro y lo demás se correlaciona y se dinamiza en función de cuánto la tecnología avanza. Me parece que hay una estrecha relación; sigo pensando que los fenómenos culturales son de otro nivel de complejidad que lo que se pretende mostrar cuando se habla de tecnologías. Esa superficialidad con que todo cambia, mañana sale un nuevo modelo, una nueva versión. Entonces, nos referimos a ello como la novedad. Me parece que el fenómeno cultural es lo que más debería interesar, hay comportamientos sociales mucho antes que la tecnología. Creo que la cultura es la que no debe comoditizarse. -Proyectándonos a los próximos años, ¿qué papel tiene la educación frente a estas nuevas prácticas, nuevos usos, nuevos consumos? ¿Se llegará a la incorporación de cuartas pantallas a la educación? -Yo creo que, en realidad, todas las sociedades se estructuran sobre la base de un meta sistema de mediaciones. Ese meta sistema de mediación está compuesto por un sistema de mediaciones que es la escuela, el sistema educativo, que está mediando entre los que saben un poco más y los que saben un poco menos. Un sistema de mediación sería el sistema de representación política, estamos delegando en ellos que nos representen, que medien, entre mis intereses y los intereses del Estado, entre los intereses de una minoría y los de una mayoría. Los sistemas de mediaciones están por doquier. No es sólo el sistema cultural mediático el que realmente está ejerciendo mediación en la sociedad. Este meta sistema de mediaciones en su conjunto está en crisis: el sistema de mediación política, como sistema de mediación, está en crisis. El sistema escolar, como sistema de mediación, está en crisis. ¿La forma de producir y circular la información y el conocimiento es la misma, la que podemos seguir adoptando frente a tantos cambios? El sistema de mediaciones que representa el sistema cultural mediático está en crisis. Porque ese sistema está basado en formas de mediatización unívocas, verticales, centralizadas, cuando en realidad lo que estamos viendo es que las personas tienen un comportamiento social diferente. Entonces, en realidad, ese meta sistema de mediaciones, en su conjunto, está en crisis. Para decirlo positivamente: estamos en una profunda transformación que implica una transición. Estamos en búsqueda de nuevos sistemas de mediaciones. Probablemente, algunos de ellos podamos ver hacia dónde van, pero no necesariamente vamos a ver cómo termina la historia. Recuadro Igarza en Trazos Es graduado de la Lausanne School of Engineering (Suiza) y Doctor en Comunicación Social de la Universidad Austral (Argentina). Fue director del Observatorio Mundial de Televisoras Educativas y de Descubrimiento (París). Posee una vasta trayectoria académica en universidades latinoamericanas y europeas como directivo, asesor y docente. Es docente-investigador de la Universidad Austral, donde, además, dirige Posgrados de Comunicación. Dirigió numerosas producciones editoriales y audiovisuales, producciones interactivas y de televisión. Actualmente está a cargo de la Dirección de la Serie Futuribles, de La Crujía. Entre sus publicaciones más recientes se destacan Nuevos Medios. Estrategias de Convergencias 3.0 (2008) y Burbujas de Ocio. Nuevas formas de consumo cultural (2009). |