Por el Dr. Lothar Kuld |
Profesor de la Universidad de Educación de Weingarten, Alemania [Traducción por el Lic. Francisco Yocca] |
La historia de la Iglesia Católica en Alemania hasta hoy, ha sido marcada por dos acontecimientos: la reforma del siglo XVI y el concordato entre el Vaticano y el gobierno imperial en el año 1933. La Reforma, que inició con Martín Lutero, condujo a la división de los cristianos. En Alemania, el Norte y Este son protestantes, el Oeste y el Sur son católicos. Los cristianos protestantes y católicos vivieron hasta el período de la Segunda Guerra Mundial, en ambientes separados. Luego de la Segunda Guerra Mundial, recién se mezcló la población en Alemania, también respecto a las confesiones. En Alemania del Este (en el territorio de la antigua República Democrática Alemana) la mayoría de la población (80%), luego de 40 años de propaganda atea, ya no es protestante, sino atea o arreligiosa. Así, pues, el mapa confesional en Alemania es variado. El mapa de obispados en Alemania (estado al 2010) muestra dónde viven los católicos en Alemania.
La recepción del Concilio Vaticano Segundo. Reforma litúrgica, sínodos, participación de laicos y ecumenismo El Concilio Vaticano Segundo (1962-1965) marca el fin del aislamiento del catolicismo en un ambiente propio y la salida de la Iglesia católica en el mundo de hoy. Las decisiones del Concilio sobre pastoral, estructura de la Iglesia y ecumenismo, fueron transmitidas en un sínodo a todos los obispos de la antigua Alemania del este (Sínodo de Würzburger 1971-1975) según las condiciones alemanas. La decisión del sínodo acerca de la clase de religión en la escuela (1974) es hasta hoy la base para la pedagogía de la religión. El sínodo distingue por primera vez entre catequesis y clase de religión. La catequesis apunta a la socialización eclesial; la clase de religión a la formación religiosa. La clase de religión es una asignatura en la que, por principio, cada alumno, aún los sin religión, pueden participar. Esta decisión del sínodo, tiene la postura de reforzar la clase de religión, en la escuela pública, la cual es ideológicamente neutral. Para los católicos en Alemania el Concilio Vaticano Segundo ha establecido, hasta hoy, los siguientes temas:
Reforma litúrgica: la vuelta del sacerdote hacia el pueblo durante la misa y la celebración de la misa en la lengua local fue, para el creyente sencillo, la expresión visible de una nueva comprensión de la Iglesia. Sacerdotes y laicos son el pueblo de Dios. Los domingos, las iglesias estuvieron llenas en la fase inmediata posterior al Concilio. El impulso de la reforma litúrgica está hoy agotado. Las iglesias están vacías. Las formas experimentales de liturgia se encuentran hoy en las iglesias de jóvenes y comunidades estudiantiles. Allí van, también, muchos adultos. Derecho y participación de laicos en la Iglesia: la Iglesia católica en Alemania no es más clerical. Los obispos están frente a un gremio de laicos muy conscientes de sí mismo, el llamado Comité Central de los Católicos alemanes (ZdK por sus siglas en alemán). Este comité se compone de representantes de los consejos diocesanos, las asociaciones católicas y personalidades de la Iglesia, la política y la sociedad. Éste representa, independientemente de la conferencia episcopal, los intereses de los católicos en la opinión pública y en la Iglesia. La conferencia episcopal reconoce el Comité Central de Católicos Alemanes (ZdK) como representación de laicos. No es reconocida por los obispos la muy publicitada agrupación de católicos críticos en el movimiento “Nosotros somos Iglesia”, que también hay en muchos otros países como EEUU, por ejemplo. En muchas comunidades no se podría haber avanzado sin la iniciativa de los laicos. No obstante, el número de católicos se reduce año tras año. En los Obispados de Berlín, Hildesheim y Essen, en el transcurso de los próximos veinte años también se reducirá a la mitad el número de parroquias por la escasez de sacerdotes. Evidentemente la Iglesia no alcanza más a sus propios miembros. Desde la reunificación alemana (1989) la proporción de católicos en la población total disminuyó cerca del 30%.
Los sínodos, para los obispos, son siempre un riesgo. Ellos otorgan poder, pues los sínodos pueden tomar decisiones, a las cuales los obispos deben atenerse. Así había sínodos en el período posterior al concilio en varias diócesis. Ellos transcurrían siguiendo el mismo modelo: el obispo y la comunidad eclesial tuvieron siempre buenas intenciones. Más, tan pronto se llegaba a temas conflictivos: celibato, sacerdocio de la mujer, misa sin sacerdote, divorciados vueltos a casar y anticoncepción, no se podía avanzar más y sobreviene la decepción. (Drobinski, in: Süddeutsche Zeitung 12.12.2013). En más de veinte años no hubo más sínodos. Ahora – en Diciembre de 2013 – ha convocado el Obispo Stephan Ackermann del Obispado Trier a un sínodo, el cual va a sesionar durante dos años. Ecumenismo: Alemania es un país confesional mixto. La mitad de los matrimonios de la Diócesis de Rottenburg-Stuttgart es de confesión mixta. Las iglesias del lugar trabajan mucho juntas. En 2003 (Berlín) y 2010 (Múnich) celebraron juntas con la iglesia protestante en Alemania el día ecuménico de la Iglesia. Muchos cristianos protestantes y católicos esperaron allí celebrar juntos la eucaristía y se decepcionaron. En general predomina en el campo del ecumenismo actual el estancamiento. Conflictos y la cuestión de cómo se continúa con la Iglesia Católica en Alemania La historia de la Iglesia católica en Alemania luego del Concilio Vaticano Segundo sería expuesta incompleta, si no se hablara, también, de los conflictos. Fue marcada en la conciencia de los católicos
La Encíclica “Humanae Vitae” de Pablo VI (1968) y su declaración sobre la anticoncepción, no alcanzó a la mayoría de los católicos. La crítica pública obligó a los obispos a tomar posición en la llamada “Declaración de Konigsteiner”. Ellos repitieron la doctrina papal y se remitieron, al mismo tiempo, a la libertad de conciencia de cada cristiano que tiene la capacidad de decidir por sí mismo. El teólogo de Tübingen, Hans Küng fue, y sigue siendo, muy popular en Alemania. El círculo culto entre los católicos tiene sus libros en sus bibliotecas. Su libro “¿Infalible?”, en el cual pone en cuestión la validez del dogma de la infalibilidad del Magisterio de la Iglesia, condujo a un conflicto con Roma y obligó al obispo de mi diócesis de origen Rottenburg-Stuttgart, a retirarle el permiso de enseñanza. No los que estaban distanciados, sino los católicos en los núcleos de las comunidades se sintieron indignados. Los obispos se vieron en la necesidad de defenderse y debieron leer en todos los púlpitos un escrito para explicar su decisión (07.01.1980). El 25 de Enero de 1989, publican alrededor de doscientos profesores de teología la llamada “Declaración de Colonia”. Entre estos profesores estaban los más importantes líderes de la teología alemana. El detonante de la protesta fue el proceder de la curia en la nominación de obispos, la negación de la autorización eclesial a la enseñanza para teólogos que no se sitúen en la línea de la Congregación para la doctrina de la Fe, y la obsesión de poder que los teólogos veían en el modo de Juan Pablo II de ejercer su ministerio petrino. El Vaticano habló de un “acontecimiento local”, pero el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Cardenal Lehmann, debió viajar a Roma para una conversación. En 1999, bajo presión del Papa, la Iglesia Católica se retiró del Consejo Estatal para el Embarazo. Debe saberse que en Alemania el aborto es impune dentro de los tres primeros meses, si la mujer consultó antes un centro de asesoramiento. Por este consejo se extiende un certificado. La Iglesia Católica ha colaborado en este sistema. Para la Iglesia era de seguro un campo difícil, pues los asesoramientos son un resultado abierto. Esto no funcionó más. Como respuesta, en el mismo año, fundan los católicos prominentes (a cuales pertenecía en aquel tiempo la Ministra de Educación, quien ahora es la Embajadora alemana en el Vaticano) el Consejo Asesor alternativo “Donum vitae”, con apoyo del Comité Central de los Católicos Alemanes. Los conflictos aquí mencionados muestran que la Iglesia Católica en Alemania busca su camino en la tensión entre la estructura jerárquica y los laicos independientes y autoconscientes. La Iglesia es rica y bien organizada, pero los hombres recorren su camino. Los casos de abuso dados a conocer en 2010, y por muchos años encubiertos, han dañado severamente la reputación de la Iglesia. El Papa Benedicto XVI, en su visita de estado a Alemania en 2011, ha exhortado a la Iglesia en Alemania a “desecularizarse”. Las primeras reacciones de los católicos mostraron, que no se entendió a qué se refería él. ¿Tiene la Iglesia que apartarse del mundo, si luego del Concilio Vaticano Segundo la Iglesia se tenía que abrir al mundo? Esto no fue así. A lo que el Papa se refería, lo dijo él en su discurso al directorio del Comité Central de Católicos: “En las Iglesias establecidas con sus estructuras tradicionales, no encuentran (muchos hombres) ningún contacto.” La Iglesia en Alemania es “la mejor organizada”. “¿Pero, está”, preguntó Benedicto XVI, “al interior de su estructura también conformada con fuerza espiritual – fuerza de la fe en un Dios viviente? Honradamente debemos decir, que para nosotros (en Alemania) hay una estructura excesiva, en comparación con el Espíritu. Yo añado a esto: la verdadera crisis de la Iglesia en el mundo occidental es una crisis de fe. Si nosotros no encontramos una efectiva renovación de la fe, permanecerá ineficaz toda reforma estructural.” Esto hará que la Iglesia siga existiendo, pero ella necesita mucho más que solo una reforma estructural. Ella necesita hombres creyentes.
|