Urbanización y vida urbana en Santiago del Estero: los cambios en los últimos diez años

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Por Juan Pablo Ocaranza
Sociólogo UNSE – juandavidocaranza@hotmail.com

Para poder escribir hacen falta herramientas. Las palabras, el vocabulario, los pensamientos, las ideas, los conceptos, un marco teórico y un espacio. Un espacio desde el que se pueda expresar lo que nace en uno como una iniciativa y ése espacio lo transforma como una posibilidad.

Ese espacio es en este caso, la revista Trazos, la  que en esta oportunidad me permite a mí y a otras personas, articular  esas ideas y pensamientos en un texto que solo será el reflejo de aquello que se quiere decir.

En este sentido, el presente  trabajo tiene como propósito  el de consignar los  cambios importantes en infraestructura que tuvieron lugar en  los últimos años en la ciudad Capital de Santiago del Estero. Pero además se tratará de ir un poco más allá profundizando  no solo en la forma en que  cambió la urbanización de la misma, sino que además  el propósito es el de  señalar las consecuencias en lo  urbano (con en el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes, y el desarrollo de servicios y prestaciones en los  años que van desde el 2003 hasta el 2012), y también en los cambios que “estos cambios”, los de la urbanización, produjeron en la cultura de la gente, en sus formas de relacionarse, en su vida diaria, cotidiana.

Hacia tal conquista  nos dirigimos dando cauce  a este rio de ideas.

Se podría decir que la ciudad de Santiago del Estero mantuvo su urbanización y vida urbana hasta antes del 2000 sin marcados cambios. Recién a partir del 2003 estos últimos se hacen explícitos. Los más  sustanciales fueron la ampliación del centro comercial, que creció en dimensiones considerables, y en sus alrededores,  en referencia, sobre todo, a la ampliación y creación de barrios, constituidos por casas y departamentos.

Al respecto, se puede mencionar  que los cambios principales se dieron  a principios del 2005. En este año, no solo se llevaron a cabo construcciones  de casas de barrios, sino que además nuevas construcciones transformaron la fisonomía y la jerarquía de esta ciudad. Entre estas obras pueden mencionarse la Nueva Terminal, el Centro Cultural del Bicentenario, el Fórum, la remodelación del Parque Aguirre, el Polideportivo Provincial, el Hospital de Niños hoy convertido en un Centro Provincial de Salud Infantil y los distintos barrios ( siglo XX y XXI, Villa del Carmen,  etc.)

Cabe destacar que estos avances en la urbanización tuvieron lugar  en la presidencia de  Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, lo  que se enmarcó en la Firma del Acta de Reparación Histórica de la Provincia, programa o proyecto desarrollado en los últimos diez años y que posibilitó la obtención de dinero para la realización de  obras de infraestructura.

Sin duda alguna, en estos años se produjo un cambio en el modelo político económico de la nación, esto es, un cambio de las políticas neoliberales por el de industrialización por sustitución de importaciones. Modelo que fue acompañado por las  aplicaciones de nuevas políticas que se relacionan con cambios en los patrones de urbanización a nivel de sistemas y primacías urbanas.

Al respecto, se puede mencionar que  las transformaciones buscaban impactar  en el desempleo urbano, pobreza e inseguridad urbana, etc., todo esto, como consecuencias de las transformaciones  producidas en la vida urbana,  y posibilitadas por el nuevo modelo.

En síntesis, los rasgos que emergen de esta consideración son: un rápido proceso de urbanización en la ciudad capital, una migración interna dentro de la provincia con individuos que se trasladan hacia esta ciudad en busca de mejores oportunidades, posibilidad de trabajo en servicios gubernamentales e industrias privadas, asentamientos en la periferia urbana, acceso a una viviendas, etcétera.

Lo transfuncional, lo multidimensional y lo lúdico

El carácter de la  ciudad Capital en estos tiempos es centralizado,  con un pleno acceso a los servicios, salud, educación y educación. Al mismo tiempo los ciudadanos  se caracterizan por vivir en una ciudad que se presenta como heterogénea, como atravesada por cambios tanto cuantitativos como cualitativos que  la convirtieron en una ciudad donde irrumpe lo transfuncional, lo multifuncional y lo lúdico.

En este sentido, hablar de la ciudad Capital, de lo urbano, de la urbanidad, nos lleva a preguntarnos ¿Qué es hoy  lo transfuncional, lo multifuncional y lo lúdico en esta ciudad?

Lo transfuncional está representado por los diversos cambios que tuvieron lugar en la ciudad. En este sentido, la convierten en transfuncional la creación de la Nueva Terminal, el Centro Cultural del Bicentenario entre otros.

Lo multifuncional estaría simbolizado en  la calle donde el vecino se encuentra y conversa, donde tiene lugar la interrelación, ese contacto con los otros. Este espacio se fue ampliando de la mano de la creación de los nuevos barrios, esos espacios que permiten  a los individuos ponerse de acuerdo sobre aquello que comulgan y discutir sobre aquello que disienten. Al respecto, estos espacios son el lugar que da lugar al contacto, al intercambio, a la convivencia. Así, los nuevos espacios se transforman en nuevas oportunidades.

En tercera instancia, lo lúdico  hace  referencia a lo recreativo y  a los espacios que  permiten que esto sea posible. Son esos espacios donde podemos ser diferentes pero compartir de igual modo ese espacio. Tal vez por el solo  hecho de ser público estamos obligados a compartirlo pero al mismo tiempo, y lo positivo de esto, es que al ser público  no le pertenece a nadie en particular pero si a todos en general. Si queremos sentirnos dueño de él, tendremos que reconocer  que los demás, los que están en ese momento en ese espacio lo son también, y compartir con ellos ese espacio, por ese momento nos obliga de alguna manera a convivir. Ejemplo de estos espacios son en ciudad Capital el Nuevo Parque Aguirre, el Polideportivo Provincial, las plazas  Sarmiento e Irigoyen, las plazas de los diferentes  barrios, Paseo Absalón Rojas, Paseo Alvear, etcétera.

Sin duda alguna, al análisis de los cambios fisonómicos que experimentó la ciudad de Santiago del Estero merecen y dan lugar a una serie de  preguntas que  deberían responderse  a través de una minuciosa investigación sociológica, pero sin llegar a esto se puede bosquejar una idea acerca de lo que significó la expansión urbana en esta ciudad.

Hibridación urbana

Ante esto, podemos decir que los cambios físicos han intensificado la hibridación urbana,  una hibridación  que habla en este caso, de un paso de una sociedad con cultura tradicional, local y homogénea a una trama urbana, donde se dispone de una oferta simbólica heterogénea.

En este sentido, las identidades colectivas encuentran cada vez menos identificación en la ciudad y en su historia, lejana o reciente. Su escenario constitutivo  nos lleva a vivir en esta ciudad,  a buscar encuentros confiables como así también  formas selectivas de sociabilidad.

Por el mismo motivo, el análisis de ella nos obliga  a fijar nuestras miradas en los procesos de descoleccionamiento y desterritorializacion. Con lo primero nos referimos  a que aquello que antes  nos parecía  lejano de obtener, hoy está al alcance de la mano. Un ejemplo  son las vasijas, tejidos o algún producto realizado  en cuero, los que se pueden encontrar en la ciudad capital bajo el nombre de artesanías en los mercados urbanos. Es decir, ya no es necesario alejarse de la ciudad para encontrarlos, ya no significan colecciones  de algo único e inédito, por el contrario, hablamos de productos que antes  significaban elementos que identificaban por ser únicos y que hoy nos aparecen como  producidos en cantidades para ser comercializados.

La agonía de las colecciones es el síntoma más claro de cómo se desvanecen las clasificaciones que distinguían lo culto de lo popular  y a ambos de lo masivo, ahora esas colecciones renuevan su composición y su jerarquía con las modas y el avance tecnológico para su realización ya que se institucionalizan y se socializan las mismas. Si bien muchas de las formas de   artesanías realizadas en forma antigua permanecen dentro de los circuitos minoritarios, la tendencia prevaleciente es que todos los sectores mezclen en sus gustos objetos de procedencia antes separada.

Con el segundo término, el de desterritorializacion, se hace referencia a la ruptura de los espacios. En la modernidad se produce una tensión entre ésta y la reterritorializacion,  es decir, la pérdida de la relación natural de la cultura con el territorio geográfico y social y al mismo tiempo relocalizaciones relativas, parciales de viejas y nuevas producciones simbólicas.

Tomando como ejemplo  de lo anteriormente expuesto a  la música, se puede inferir que en un principio lo que  identificaba a  Santiago del Estero en general y a la Capital en particular era la chacarera. Posteriormente, incursiona la guaracha y por ultimo una mezcla de  géneros musicales (guaracha y reggaetón) con el nombre de guarachoguer, considerado  un producto relativamente   nuevo.

Lo novedoso en este contexto, y considerando los conceptos de descoleccion,  desterritorializacion e  hibridez reside en que las prácticas artísticas carecen ahora de paradigmas consistentes, es decir que lo viejo y lo nuevo se cruzan entre sí y a su vez con las nuevas tecnologías culturales, pero teniendo siempre referentes de legitimidad expresadas  en luchas por el control del espacio a través de marcas propias y modificaciones para afirmar su estilo en los circuitos comerciales.

Se asiste así, a una hibridación tanto de la ciudad como espacio físico, como así también de los elementos simbólicos que conforman y estructuran su cultura.

Conclusión

Como conclusión se podría decir que se ha producido una emancipación de los elementos que hacen al campo cultural, posibilitado  por una secularización de la misma y una racionalización de la vida social  coexistiendo hoy viejas y nuevas tradiciones.  La renovación en el campo cultural  se comprueba por la adaptación de la tecnología en y a la vida social.

En síntesis la crisis conjunta de la modernidad y de las tradiciones, de su combinación histórica, conduce a una problemática posmoderna, en el sentido de que lo moderno estalla y se mezcla con lo que no lo es, es afirmativo y discutido al mismo tiempo. Sino miremos a los artesanos que siguen haciendo su trabajo en forma manual en la sociedad industrial y a los artistas que practican las tecnologías de avanzadas y al mismo tiempo miran al pasado en el que buscan  sus estímulos para imaginar. ¿Acaso no es esto evidencia de la coexistencia de   las luchas por defender su autonomía cultural  mientras continúan al mismo tiempo reformulando sus capitales simbólicos en medios de cruces e intercambios?

 La sociabilidad hibrida que induce esta nueva ciudad Capital nos lleva a participar en forma intermitente entre grupos cultos y populares, tradicionales y modernos y toda conclusión está atravesada  por la incertidumbre y lo que representa  a la cultura pasa más por un carácter comercial o de alta jerarquía. Hoy la hibridación es tanta que traspasa y es absorbida por la cultura y sus elementos simbólicos, sus espacios; hoy, no es lo mismo una representación cultural presentada en la biblioteca Sarmiento que una presentada en  el Centro Cultural del Bicentenario. A la inversa, los especialistas en las culturas ilegitimas  buscan legitimar su espacio atacando las posiciones elitistas.

De esta forma se asiste a una hibridación de la cultura santiagueña (en referencia a la ciudad), posibilitada por esa mezcla de  cuestiones  de la que a veces somos testigos y muchas veces actores principales.

Pero esta hibridación no nace del aire, fueron las circunstancias las que la hicieron posible y esas circunstancias son, en este caso, la creación, construcción, reformación, remodelación de espacios  que a nuestra intención, se presentan como estratégicos para que tal hecho se lleve a cabo.