Por Mirta Caumo, Diego Gómez y Osvaldo Santillán |
Equipo técnico Centro de Estudios Geográficos para el Desarrollo Local y Regional – geocentro@ucse.edu.ar |
La geografía atraviesa una profunda renovación, que ha desencadenado tendencias diversas, entre las cuáles la materia ambiental aparece cómo vanguardia de una serie de cambios orientados a la educación. La ciencia geográfica, desde el estandarte de su tradición ambiental, sostiene una preocupación creciente hacia la mejora de la educación en este campo del conocimiento. Esto se constituye en una de las principales características de la Geografía que se enseña en los niveles primario y secundario hoy en día, al mismo tiempo que se transforma en un desafío importante en el nivel terciario y/o universitario, de los cuáles surgen las principales ideas y transformaciones en dicha ciencia. Muchos se preguntan si los docentes de geografía poseen competencias específicas para la educación ambiental, también de los docentes de ciencias naturales quizás se pregunten lo mismo. Es innegable el conflicto generado en las escuelas durante estas últimas décadas ante el surgimiento de unidades curriculares con contenidos ambientales. En tal sentido resulta conveniente desde la Geografía aclarar dicha competencia, en primer lugar el objeto de estudio de la ciencia geográfica podría considerarse cómo parte del ámbito ecológico: el ESPACIO GEOGRÁFICO. Este entendido cómo un producto social surgido de las complejas interrelaciones Sociedad- Naturaleza posee innegablemente un componente ecológico en el cuál se sustenta. Por lo tanto la Geografía se encuentra desde su objeto de estudio, capacitada para la enseñanza ambiental. Así mismo, la versatilidad de sus métodos y técnicas para la obtención de conocimiento, la cantidad de herramientas e instrumentos utilizados a tal fin, reafirman aún más dicha capacidad. De esta manera el docente de geografía puede centrarse por ejemplo en la selección de problemas, estudios de casos, desarrollo de investigaciones, desde lo local a lo global en diferentes escalas. Esto especialmente en los profesorados y en las universidades en dónde se forman docentes capacitados a tal fin, de forma tal que vehiculicen saberes con utilidad para la vida real. Las nuevas estructuras curriculares para los diferentes niveles, con contenidos ambientales junto a la organización de los programas de enseñanza y la misma práctica docente se constituyen en elementos claves que permiten reafirmar el posicionamiento de la geografía en la enseñanza ambiental. Por lo tanto a la relación pensamiento geográfico – educación – preocupación por la enseñanza ambiental, es una trilogía que orienta el quehacer geográfico docente en estos tiempos. Más allá que dichas relaciones puedan ser abordadas desde diversas perspectivas: territoriales, sociales, políticas, económicas, demográficas, culturales, éticas, legales, entre otras. Otro punto relevante en la educación ambiental desde la Geografía está determinado por la dicotomía generada entre la evolución del pensamiento geográfico y la evolución de las concepciones didácticas de la geografía. Resolver esta dicotomía se hace, por tanto, indispensable para poder abordar temas relevantes desde lo geográfico-ambiental, ya que de esta manera se podrán valorar más los aportes geográficos al entendimiento de los problemas ambientales. El mundo actual, informacional y tecnificado, se presenta como un escenario complejo en dónde los problemas ambientales a diferentes escalas se constituyen en verdaderas amenazas para toda la sociedad. La educación ambiental, entonces, se hace imprescindible para encontrar soluciones, sembrar conciencia, generar hábitos y actitudes al respecto. La enseñanza debe ser continua, integral y sostenida, de manera tal que se generen y difundan conocimientos útiles, aplicables en la vida cotidiana. Es esta la tarea que le compete a la geografía, a fin no sólo de reafirmar su tradición ecológica, sino de aportar soluciones certeras y duraderas con respecto a dichos problemas. |