Una lectura de “Medios, política y poder en Santiago del Estero”, de Ernesto Picco

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Por Daniela Machao
Docente UCSE – daniela.machao@ucse.edu.ar

Julio de 2012 se recordará, entre otras cosas, por la salida a la luz de Medios, política y poder en Santiago del Estero, del Lic. Ernesto Picco, un libro que comenzó a gestarse en el marco de un proyecto de investigación con otros alcances y enfoques. El Equipo Política y Ciudadanía en Santiago del Estero, radicado en el Instituto de Estudios para el Desarrollo Social (Indes) de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud de la UNSE, fue el contexto adecuado para que Picco pudiera iniciar y dar forma luego a una inédita investigación en la provincia, tratando de describir las enmarañadas conexiones entre los medios, la política y el poder en más de cien años de historia de la provincia.En el prólogo, Homero Saltalamacchia explica claramente los fenómenos de ocultamiento que se producen en el campo de las comunicaciones y, en ese marco, destaca que éste libro “no sólo contribuye a reconstruir la historia de los medios, sino que lo hace relacionando sus desempeños con el nombre y apellido de sus propietarios”[1].Lo primero que debe decirse es que la obra es el resultado de un trabajo pionero en la provincia y que, justamente por ello, debe destacarse su importancia. En sus páginas, el lector encontrará un excelente relato histórico de los intrincados cruces entre poder, política y medios en Santiago del Estero, lo cual es de por sí un logro trascendental. El libro escruta meticulosamente las intersecciones entre ambos campos y analiza las relaciones de poder que los atraviesan, ya que no se puede pensar ni a la política ni a los medios de comunicación sin pensar en el poder: poder real y simbólico que detentan los actores en cada campo, y que tiñen las luchas por el o los capitales en juego.El autor señala las tensiones existentes en el escenario mediático actual, producto de un complejo proceso histórico, y esboza reflexiones para interpretar el presente e imaginar un futuro posible. En las primeras páginas, señala que “está pensado para contribuir al debate público” y eso sucederá, sin lugar a dudas, ya que en una historia plagada de posturas encontradas, Ernesto Picco encuentra el equilibrio, mantiene la línea y busca situarse en el centro mostrando los diferentes puntos de vista de cada protagonista pero sin caer en el lugar común, en el estereotipo. Nos lleva de la mano por las distintas evoluciones mediáticas: los diarios en soporte papel, la radio, la televisión, la web, y nuevamente hoy la televisión, pero en este caso digital, planteando algunos interrogantes respecto a la implementación del Programa Polos Audiovisuales Tecnológicos[2] nacido desde el estado nacional con el objetivo de concretar el federalismo y la pluralidad de voces en el marco de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, recientemente sancionada.Página a página se relatan hechos y describen personajes que todos o la mayoría conocen y que, a través de los años, fueron estigmatizados por los dichos populares con un discurso que vuelve mitos a esos personajes. Ernesto Picco desmitifica cada uno de ellos y refiere las historias de los hombres y mujeres que en Santiago del Estero tuvieron -y tienen- relación en esta, a veces, oscura red que une a los medios, a la política y al poder.El libro tiene dos partes: una primera, dedicada a la “Historia de los medios y el periodismo en Santiago del Estero” donde, a su vez, se pueden diferenciar dos momentos: uno, inicial, más histórico, que nos sumerge en la lejana vida de 1800 y principios de 1900, plagada de conspiraciones y camarillas; el autor va desenredando aquí una trama compleja de los inicios del periodismo en la provincia y describe las primeras motivaciones de aquellos hombres que abrieron camino en la política y también en los medios. La advertencia para el lector en estas páginas es que lea atentamente cada detalle y recuerde cada nombre ya que las narraciones de los hechos y protagonistas servirán más adelante. Luego, un segundo momento, con un relato más contemporáneo donde los nombres y los rostros de los personajes se vuelven más cotidianos, resultado del conocimiento a través de la experiencia directa o de las narraciones de quienes caminaron o caminan ámbitos laborales relacionados a los medios de comunicación o la política, pero que son también “conocidos por todos” en esa suerte de fábula popular constituida por versiones que circulan y que abrevan en el imaginario colectivo santiagueño. En esta sección son recomendables las múltiples citas de las fuentes consultadas, explicitadas o anónimas, que van componiendo un mapa de medios y personas que sirve para comprender el escenario actual a la luz de los hechos pasados y las vinculaciones personales y familiares a lo largo del tiempo. En este espacio el lector puede imaginar las largas conversaciones que debe haber tenido el autor con cada uno de los entrevistados, en casas o despachos de quienes estaban retirados del ruedo y de quienes continúan en actividad, respectivamente.Los capítulos de esta sección nos llevarán por diferentes momentos: De la prensa militante al periodismo empresarial; Origen y transformaciones de la radio y la televisión santiagueñas; Políticos, empresarios, periodistas; Cambios en el equilibro de poder mediático hacia el ocaso del juarismo; Nuevos medios para el siglo XXI y la Ley de Medios y la televisión digital en Santiago del Estero, con el agregado de un registro visual al final de cada capítulo donde se incluyen fotografías y/o reproducciones de tapas o artículos de medios impresos y digitales. Se incorpora, además, un anexo de tablas de periódicos, radios, canales de televisión por aire, señales de televisión por cable y sitios de internet desde 1859 hasta la actualidad.La segunda parte, titulada “Hacia una teoría política de la comunicación subnacional”es una sección eminentemente teórica, que resultará accesible a quienes transitan el campo de la comunicación desde los claustros académicos, donde el autor hace un racconto de las diferentes perspectivas teóricas que han acompañado los distintos paradigmas de análisis comunicacional a lo largo de la historia en el mundo, en Latinoamérica y en Argentina. En tres apartados: El desarrollo teórico de los estudios sobre comunicación y política; Centro y periferia en una mirada geoepistemológica yFlujos de información entre el dominio nacional y subnacional, se despliegan los lineamientos generales de estas corrientes.Al final el libro aborda – y esto es a mi entender lo más meritorio – un apartado con el título de Estructura y categorías para pensar el campo mediático santiagueño. Es esta una propuesta superadora para emprender el análisis de los medios de comunicación en Santiago del Estero, desde Santiago del Estero, teniendo en cuenta las relaciones centro-periferia en un doble juego de interdependencias en donde Santiago se vuelve ineludiblemente periferia de la periferia. Picco propone aquí nuevas miradas conceptuales que “permitan crear teoría propia para pensar nuestros contextos y nuestros procesos locales”[3].Por lo dicho hasta aquí, el libro es único en su especie por sus características, por la valiosa información que presenta, por la rigurosidad con que fueron consultadas las fuentes y porque es el primero en reflejar tantos años de historia y disímiles puntos de vista de un tema tan apasionante, y a menudo urticante, como el de los vínculos entre los medios, la política y el poder. Reconstruye a partir del relato oral de empresarios periodísticos y de periodistas, de la consulta de documentos judiciales, de fuentes periodísticas y otros trabajos publicados anteriormente cada uno de los fragmentos de una historia conocida pero ocultada y silenciada sistemáticamente por los discursos hegemónicos.Tanto para el lector común como – y sobre todo – para los estudiantes de comunicación social y periodismo, el libro debe ser de lectura obligada y material de consulta, porque resume y refleja años de historia jamás contada e incluye una guía de medios con fechas de nacimiento y ocaso, y descripción de la situación coyuntural de cada uno.Picco se centra “en los medios de comunicación en su condición de empresas, y de herramientas y espacios clave de la política”[4]; se adentra en la esfera de la producción de los mensajes de los medios, dejando de lado al público receptor y a otros actores relevantes del complejo entramado, como los periodistas, que sólo son referidos aquí como informantes clave de determinados momentos de la historia. Figuras del poder económico y político se entremezclan en varios momentos del relato y apellidos como Castiglione, Curi, Cantos e Ick, entre otros, aparecen recurrentemente en las páginas del libro, como representantes clave en la red de vinculación entre los medios, la política y el poder local.
Resumiendo, Picco, entonces, desenreda la trama, desmitifica los mitos y nos sitúa claramente en lo local, describiendo las relaciones entre los medios, los empresarios periodísticos, los periodistas y el poder, tanto económico como político, remarcando un punto que es crucial para entender la historia e interpretar el presente: que la objetividad no existe y no ha existido nunca. Y que lo que nos muestran los medios de comunicación es sólo una representación, una construcción, en definitiva una versión de la realidad que vivimos.
Para finalizar, rescato y destaco el abordaje desde la idiosincrasia local, el lapso de tiempo abarcado, y lo completo de sus aportes. Aunque no lo incluye todo (ninguna investigación puede hacerlo), aunque algunos hechos queden fuera de este relato (resultado propio del recorte del investigador para abordar la realidad social), sin dudas, servirá como punto de partida para nuevas investigaciones y es un aporte fundamental para pensar, analizar y debatir la historia de Santiago tanto desde lo político como desde lo comunicacional, sobre todo teniendo en cuenta el escenario actual y las posibilidades mediáticas a futuro.

[1] Picco, Ernesto. Medios, política y poder en Santiago del Estero. Ediciones Indes. Santiago del Estero. Año 2012. Pág. 8.[2] Para conocer más sobre este tema, se puede consultar: http://www.tda.gob.ar/contenidos/programa_polos_audiovisuales.html[3] Ibídem. Pág. 14.
[4] Ibídem. Pág. 16.