Acceso a internet y exclusión social en Santiago del Estero

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Por Ernesto Picco
Docente UCSE – ernesto_picco20@hotmail.com

El acceso a internet se convierte cada día más en un factor determinante en la problemática de las desigualdades sociales. En estas líneas trataré de explicar esta cuestión y de brindar algunos elementos para pensar el fenómeno de los excluidos digitales en Santiago del Estero, tomando algunos datos y ejemplos de nuestra provincia. Empecemos por distinguir que hay dos formas de analizar las desigualdades sociales: bien pensando la sociedad en estratos o niveles (clases altas, medias, bajas) en la que existe una concentración de recursos en los de arriba y escasez en los de abajo; o bien pensando la sociedad en términos de redes, en las cuales unos están dentro y disponen del capital y los recursos que están en juego en la misma, y otros se quedan al margen o fuera de ella. La primera concepción habla de pobreza, y la segunda habla de exclusión y marginalidad. Situémonos en la segunda, y desde ahí entendamos que esta condición de estar al margen no se da solamente por falta de acceso a los bienes económicos: hay, por ejemplo, personas excluidas por su género, por su raza, o por su edad. Ser mujer implica un acceso a los salarios desigual con respecto del hombre, ser indígena implica un acceso desigual a la propiedad de la tierra con respecto del blanco, ser viejo implica un acceso desigual al mercado de trabajo o a la cobertura de salud con respecto del joven. También aquí puede encuadrarse la concepción tradicional del pobre, que es la del desempleado o el sin techo, que tiene un acceso desigual a los bienes económicos con respecto a la persona que goza de un empleo.

Todas estas son desigualdades que se entrecruzan, nadie es solamente mujer, o indígena, o viejo, o pobre. Estas características se entrelazan en lo que se el sociólogo español Jordi Estivill ha llamado circuitos de privación o acumulación de desventajas. En estas líneas busco señalar un tipo de desigualdad social en particular, que es la de los desconectados con respecto de los conectados. Es decir, observar que las desventajas acumuladas por aquellos que no tienen acceso a internet suponen una desigualdad gravitante en la sociedad. Desde ese planteo, analizaré algunas características de esta cuestión en Santiago del Estero.

Acceso, oportunidades y desigualdad

Alrededor de 2.000 millones de personas en el mundo tienen acceso a la web, es decir, apenas un 30% de la población del planeta, lo que nos deja desconectado al otro 70%. La cantidad de gente conectada a internet parece ser proporcional al nivel de desarrollo en los diferentes países: en Estados Unidos la penetración de internet es del 77%, en Europa del 58%, y en Latinoamérica alcanza 37%. En relación a la región, la penetración de internet en Argentina es mayor: 20 de los 40 millones de argentinos están conectados(1).

Estar conectado significa hoy estar más y mejor informado, significa ampliar la red de relaciones sociales, tanto personales como profesionales, y significa tener mayores oportunidades de trabajo, tanto por el acceso a la oferta a través de la información y las vinculaciones, como por el manejo de las nuevas herramientas tecnológicas.

Por otra parte, el menor o mayor acceso a internet incide también en cuestiones relativas a la vida ciudadana: cada vez más la red se ha vuelto una herramienta de participación. Esto se da por un lado, para la organización de acciones colectivas vinculadas a temas trasnacionales como la protección del medio ambiente, la lucha por la igualdad de género, o el comercio justo, y por otro para las experiencias de gobierno electrónico, que en algunas sociedades más desarrolladas (2) ya se utiliza poniendo en juego las nuevas tecnologías de la comunicación e información para dar cuenta de los procesos internos del Estado y propiciar relaciones de intercambio de ideas y proyectos con los ciudadanos comunes.

Empecemos a hablar un poco de Santiago, con un ejemplo fresco que, aunque a primera vista puede parecer menor, lejos está de serlo. La muerte de un león en el zoológico municipal San Francisco de Asís motivó que a fines de abril pasado se convocara vía Facebook a una manifestación para protestar por el mal cuidado de los animales y el deterioro de las instalaciones. La manifestación convocó a una multitud, pero no se publicó en los medios provinciales. Más allá de la invisibilidad de este episodio en los medios tradicionales, el hecho cobró estado público no sólo a través de la convocatoria realizada por las redes sociales, sino también porque se subieron artículos al sitio Taringa (3) y varios videos a Youtube (4) que muestran a los manifestantes realizando un abrazo simbólico en el zoológico, discutiendo con la policía y con los encargados del establecimiento. Aquí, internet jugó un papel articulador de un movimiento ciudadano a través de las redes sociales, a favor de la lucha por la protección de los animales. Se trata de un caso que acaba de iniciar y que por el momento promete continuar.

Volviendo a la línea central del planteo, habrá que decir que estar o no conectado también implica diferencias en términos cognitivos: ya Alejandro Piscitelli ha hecho una distinción entre los inmigrantes digitales y los nativos digitales, entre los jóvenes que han nacido y se han educado en el mundo digital y los que llegan a él como adultos. Estar conectado implica una forma distinta de relacionarse con el conocimiento: la red ha instalado nuevas narrativas, nuevas formas de almacenar y gestionar información, nuevas formas de leer y de aprender. Si fuéramos audaces, podríamos decir que ha instaurado un nuevo tipo de inteligencia, vinculada a la relación con los dispositivos electrónicos y el lenguaje hipertextual. Quien no se educa en la red tendrá pocas capacidades para formar parte de una sociedad atravesada por la red.

Con esta injerencia de internet en todos los planos de la vida de las personas, el mundo de hoy da cuenta de que el que no esté conectado no sólo tendrá menos información, sino que probablemente pensará y razonará diferente, se relacionará de modo distinto, y tendrá vínculos más acotados que aquel que sí esté efectivamente conectado.

Excluidos digitales en Santiago

Ya vimos que Argentina es un país con una alta conectividad en relación a la media de Latinoamérica. Veamos ahora algunos datos sobre Santiago del Estero.

Según los últimos informes de la Encuesta Permanente de Hogares, a diciembre de 2010 existen en Santiago 26.618 hogares con acceso a internet (5). Teniendo en cuenta que los resultados provisorios del censo realizado el año pasado en Argentina arrojan un número aproximado de 267.000 hogares de la provincia, el nivel de penetración de internet en los hogares santiagueños rondaría el 10%. Aunque no es apropiado comparar provincias con países o continentes, podemos sugerir que este es prácticamente el mismo porcentaje de gente conectada que tiene el país menos conectado de Latinoamérica, que es Bolivia (10,9%), o el continente africano (10,9%).

Debe hacerse la salvedad de que, en el caso argentino, “la ciudad de Buenos Aires y las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza concentraron el 82,7% (3.907.790) de los accesos residenciales” (6) en el país. Es decir que el alto nivel de desconexión es un fenómeno característico del interior argentino.

Si queremos ver el vaso medio lleno, hay que decir que Santiago del Estero tiene uno de los mayores índices de crecimiento interanual de conexiones residenciales en el NOA. En diciembre de 2010, en relación al mismo mes de 2009, la cantidad de hogares con acceso a internet creció un 24,9%. En el resto del NOA, a Santiago le siguen Tucumán (23,7%), Salta (23,4%), Catamarca (19,5%), y Jujuy (16,6%). En tanto, La Rioja muestra el crecimiento más grande del país, con un aumento del 48,1% en el último año.

Pero miremos ahora los números del otro lado: las cifras nos dicen que aproximadamente un 90% de los hogares santiagueños está desconectado. Esto da lugar a hablar de una sociedad donde estar conectado es casi un privilegio, y donde hay más de 200.000 hogares que no tienen acceso a la actividad en la red y todas las posibilidades de vinculación, aprendizaje y socialización que esta supone.

¿Podríamos afirmar, al observar estas cifras, que en Santiago hay más de 200.000 hogares de excluidos digitales? Hay que decir que no podría arriesgarse una aseveración de ese tipo tan livianamente. Primero y principal porque las personas no solamente se conectan a internet en sus hogares. Existe otra categoría para medir la conexión a internet en Argentina que es el acceso de organizaciones: se refiere a las conexiones de empresas públicas o privadas, organismos de gobierno, profesionales, ONGs, escuelas y universidades. Según los datos de la Encuesta Permanente de Hogares, a diciembre de 2010 hay en Santiago del Estero 4.256 organizaciones que tienen acceso a internet, con un crecimiento de la conexión de un 13,6% en relación a diciembre de 2009.

Es sabido que entre estas organizaciones públicas y privadas, que aparecen indiscriminadas en las estadísticas, hay escuelas estatales o cibercafés a donde muchas de las personas que no se conectan en su hogar pueden tener acceso a internet. Más allá de estas posibilidades de conexión en los espacios públicos, y aunque no podamos calcular cifras exactas, estamos en condiciones de afirmar que Santiago del Estero cuenta con una masa superlativa de excluidos digitales. Desde el Estado hace ya tiempo que se ha entendido a la falta de acceso a internet como un factor de exclusión social.

Es por eso que en los últimos años se han hecho importantes inversiones en equipamiento informático para las escuelas. El plan más ambicioso comenzó el año pasado, cuando se lanzó el programa nacional Conectar Igualdad, que tiene como objetivo entregar 3 millones de netbooks en escuelas secundarias de todo el país entre 2010 y 2012. El programa prevé que los estudiantes que reciban las computadoras puedan llevárselas a sus casas para que el aprendizaje y utilización no se limiten al espacio y el tiempo escolar.

En el marco de este programa, Santiago del Estero tiene previsto recibir 20.888 máquinas en 76 escuelas públicas secundarias de toda la provincia(7). Hasta la fecha, se han entregado casi 5.000 unidades. Además de esta iniciativa puede mencionarse alguna más general, por ejemplo la de brindar acceso Wi-Fi en espacios públicos, como lo hizo la municipalidad de la capital en la Plaza Libertad. Ya es harto discutido, de todas maneras, que las políticas de inclusión no pueden ser pensadas de forma focalizada, sino de manera integral. Los niños y jóvenes deberán tener acceso a internet para poder abandonar los márgenes e integrarse a la sociedad, pero esto sólo podrá ocurrir si paralelamente tienen acceso a la educación, la vivienda, la alimentación y la salud, que como vimos son otros factores gravitantes de marginalidad y exclusión que se entrecruzan con otras como la exclusión digital, configurando desventajas acumuladas en los que están en la periferia y en los que están fuera.

En lo que respecta a los esfuerzos por lograr la inclusión digital, será importante que se mantengan en marcha las políticas públicas de conectividad, que se planifiquen otras nuevas y superadoras, y que la burocracia y las limitaciones de infraestructura no impongan límites difíciles de superar. De otra manera, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación dejarán de ser en estas latitudes herramientas para el aprendizaje y el crecimiento, para convertirse en otra variable de exclusión y subdesarrollo.

Referencias

1- Los datos pertenecen a World Internet and Population Stats, del Minwatts Marketing Grouphttp://www.internetworldstats.com/stats.htm
2- Uno de los proyectos modelo a nivel internacional es Irekia, del gobierno del País Vasco, que puede verse en http://www.irekia.euskadi.net/lang
3- http://www.taringa.net/posts/mascotas/10350425/Necesitamos-ayuda-en-Santiago-del-Estero.html
4- Pueden verse algunos de ellos en http://www.youtube.com/watch?v=DRiBc4i9HCw&feature=related o http://www.youtube.com/watch?v=93Qvbd34esk&feature=related
5- El dato es tomado del informe del Indec “Acceso a Internet: cuarto trimestre de 2010”, publicado el 15 de marzo de 2011,http://www.indec.mecon.ar/nuevaweb/cuadros/14/internet_03_11.pdf
6- Tetual del informe del Indec citado previamente
7- Los datos y cifras del programa se pueden encontrar en www.conectarigualdad.gob.ar